La entrada de hoy es breve, en parte porque tengo muy poco tiempo para escribir -estoy en un período de corrección de evaluaciones que me hace cuestionarme no menos de tres veces por día por qué no habré sido secretaria ejecutiva- y en parte porque tanto los lectores como la cronista merecen un respiro luego de la crónica anterior.
Tras dejar la provincia de Jujuy con la mochila cerebral muy cargada de emociones y de imágenes bellas, nos dirigimos nuevamente a la provincia de Salta (ya habíamos estado en Cafayate). Esta vez, nos quedaríamos en la de Muy Noble y Leal Ciudad de San Felipe de Lerma en el Valle de Salta, a la que por razones de practicidad y de ausencia de espíritu poético se le llama sólo "Salta". A esta ciudad se la conoce como "Salta la linda", porque aparentemente el nombre derivaría de "sagta", que significa "muy hermosa". Y aún si el nombre significara otra cosa, Salta me resultó una belleza.
Llegamos al mediodía, y en el Hotel Provincial Plaza nos recibieron con una sorpresa... ¡Empanadas! Más allá de lo trillado de la broma, la sorpresa de verdad fue el espectáculo que hizo Rodolfo Aredes, un humorista y ventrílocuo local que fue un verdadero disfrute.
Aredes en parte de su espectáculo
Tras instalarme en mi habitación, y sin tener que preocuparme por el almuerzo, salí a dar una vuelta. Tenía claro los lugares a visitar: el Museo Arqueológico de Alta Montaña y el teleférico.
El Museo Arquológico de Alta Montaña o MAAM, situado en un precioso edificio (que aún no entiendo por qué no fotografié) frente a la Plaza 9 de Julio, es el museo que aloja a los célebres "Niños del Llullaillaco". Transcribo desde la página del museo:
El Museo de Arqueología de Alta Montaña nace de la voluntad del Gobierno de la Provincia de Salta por resguardar, estudiar y difundir el hallazgo de los “Niños del Llullaillaco", sin duda uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos años.
Estos tres niños fueron hallados en marzo de 1999, conservados por el frío, en la cima del volcán Llullaillaco, a 6.700 mts. de altura, junto a ciento cuarenta y seis objetos que componían su ajuar: un particular mundo en miniatura que los acompañó en su viaje al más allá.
Los estudios realizados permiten suponer que vivieron hace más de 500 años, durante el apogeo del estado inca, poco antes de la llegada de los españoles.
El Museo presenta de manera didáctica, y al mismo tiempo desde una visión científica, este maravilloso hallazgo que permite ver y comprender una cultura que aún hoy permanece viva en gran parte de la América andina.
La visita al museo se inicia con un video en el que los participantes de la expedición cuentan su experiencia; luego, una va recorriendo corredores y salas y en las que se exhiben las piezas del ajuar y se describen los rituales. Esos corredores y salas se encuentran en penumbras y a temperatura muy baja; una ambientación sonora con el ruido del viento hace que una sienta el frío, la oscuridad y la desolación de la montaña en la que esos chiquitos fueron ofrendados en sacrificio. Todo está presentado con un gran rigor científico, pero a la vez, con el más profundo respeto. Se exhibe uno sólo de los cuerpos por vez, dentro de una cámara con la temperatura y el índice de humedad estrictamente controlados, y el visitante puede optar por no verlo si no desea hacerlo. En esta ocasión estaba el niño, un chiquito de unos 7 años que parecía estar dormido, arrolladito, con la cabeza apoyada sobre las rodillas.
Tras el impacto experimentado, salí al sol de la plaza, y recorrí la calle Caseros rumbo al parque del teleférico.
La Catedral
La Plaza 9 de Julio
El Cabildo
Las calles que rodean la plaza son un disfrute; la arquitectura colonial primorosamente cuidada se mantiene, aún cuando el edificio aloje una farmacia, un restaurante o una casa de artesanías. A propósito de las tiendas de artesanías, debo reconocer que anduve un buen rato con la ñata contra el vidrio en varios de estos comercios, porque la artesanía local me resultó tan bella y refinada como lo que llevaba visto de la ciudad (todavía no entiendo cómo no me compré un vestido con bordados de estilo incaico que seguramente me hubiera costado un riñón y la mitad del otro).
La impresionante iglesia de San Francisco me esperaba en una esquina
El Convento de San Bernardo no quiso ser menos que San Francisco
Finalmente, llegué al Parque San Martín, de donde parte el teleférico.
El edificio que yo creía un invernáculo, resultó ser la entrada al teleférico
Una vez instalada en el vehículo, comencé a disfrutar la vista de Salta desde el aire, rumbo a la cima del Cerro San Bernardo. Al llegar, me encontré con un parque espectacular, con un juego de cascadas escondidas en medio de una vegetación frondosa, y un coqueto lugar donde tomar algo disfrutando la vista.
Una de las cascadas
Salta vista desde el teleférico
Al caer la tarde, hicimos la visita guiada por los principales edificios históricos de la ciudad, y luego de la cena, vuelta a dormir al hotel. Al día siguiente me esperaba una larguísima jornada rumbo a la Puna.
Pero esa será otra historia.
20 comentarios:
IMPRESIONANTE!!!!!!!!!
Uno no puede, no debe dejar de ir ahí.
Me mataste.
Qué lo parió.
Qué belleza y qué bonitos recuerdos me has traído Andre! Hace siglos que no voy y la primera vez en "La Muy Hermosa" fue durante mi niñez. Por aquellos tiempos viajaba siempre con mi bicicleta y dejame ver...creo que alguna cicatriz en las rodillas, fue en el Parque San Martín!
Espero que logres el "descanso de la guerrera" este finde!
Apretado Abrazo Amiga!
Lindo relato, estimada!
¿Volvieron desde Salta a ir para el norte? ¿A qué lugar de la Puna?
¿O es lo que ya nos contaste en la otra entrada?
Me hubiera gustado verte la cara en el teleférico...
Fotazas las que acompañan a este episodio de la crónica; pero me faltaron dos que habrían puesto el listón muy alto para el siguiente episodio:
1) De acuerdo con Fernando: Andal13 en el teleférico en pleno trayecto.
2) Foto del vestido tradicional que casi te compras.
Grande, Andrea, nos vemos en la Puna!
Me faltó firmar el comentario anterior:
María
¡Vestido con bordados de estilo incaico!
Impresionante tu cosplay para MC2011... lástima que no lo compraste.
P.D.: ¡Cómo rinde este maravilloso viaje!
Soy ro, vengo mañana a leer. Toy muerta... Besos
Porrrrrr diosssssss!!! me haces yyyorar con zamaba para no morir.
no sabes lo que me gusta. tengo una versión por los chalcha de los 90, épocas de despedida, con las voces de facundo y de pancho figueroa... conmovedora.
Los fronterizos tambien me gustan, me recuerdan la infancia, estaba muy de moda el folklore en aquel entonces.
Me encantan tus relatos del NOA, siento como un orgullo. Gracias, gracias y gracias.
Notables las fotos.
¿Te hiciste adicta a algún sabor especial de empanadas?.
Voy a usar un mapa para entender el recorrido que debe ser sencillo pero me gustaría visualizarlo.
¿cuántos días duró la excursión sin contar los viajes de ida y vuelta?
espero ansiosa la Puna, aunque es mejor que descanses.
Las cosas que una desea ser cuando está cansada de las tareas docentes son muy variadas. Una de mis compañeras estaba obsesionada con poner un carro para vender chorizos frente al Estadio:)
un beso
Como en “La Noche boca arriba” los niños fueron y son sacrificados, de millones de maneras. El imperio no deja nunca de sacrificar inocentes en nombre del Dios religioso, del Dios consumo, del Dios dinero.
Hay cosas que no me dejan de sorprender en esta Argentina querida, como el museo de nuestra Salta la linda, que realmente es “muy linda”.
Te digo una cosa, con tanta empanada que te dieron, podrías dejar de comer por un año entero y no sufrirías inanición alguna.
El vestido te hubiera costa un riñón y la mitad del otro si lo compras en las casas “caza” turistas, pero si uno habla un poco, se camina en dirección contraria al centro o a la feria, se puede encontrar a mejor precio eso que tanto te gusta. Pero últimamente todo está caro por estos lados, más en lugares turístico como el que recorriste.
Te digo una cosa Andre, descubro y redescubro las bondades y bellezas de Argentina a través de tus magnificas entradas y me traen tantos recuerdos, tantas historias.
Gracias por seguir con esta detallada “crónica de viaje” que tanto, pero tanto me gusta.
Un beso y buen fin de semana.
HologramaBlanco
¡Qué precioso viaje hiciste, Andal13! Lindísima crónica como las otras y una envidia que crece desde el pie jeje. Besos
Hermosa ciudad, con naranjos en La Plaza.
El año pasado cuando fui al MAAM estaba La Doncella, el lugar es increíble está muy bien instalado.
La guía que nos llevó a las salinas nos contó otra historia, generando una polémica importante. Pero la verdad yo no encuentro información al respecto, ni recuerdo controversias cuando aparecieron las momias.
Parece que en realidad las momias encontradas nunca iban a quedarse aquí, estaba planeado sacarlas de contrabando por el lado de Chile, y viajar al gran país del norte. Pero el guía local que ayudó a la expedicón hizo la denuncia a periodistas de la zona. Uno de ellos llegó al lugar, logró tomar fotos y demorar el proceso hasta que finalmente actuó Gendarmería.
No sé cuál será la verdadera historia pero no me extraña mucho la idea del contrabando, más conociendo nuestros funcionarios.
Otra polémica es su exhibición al público. Miles de personas pasan a diario en temporada alta.
Distintas culturas que se encuentran, lamentablemente con una gran diferencia de poder.
A mí me ganaste con lo de las cascadas. Un poco de agua que cae y ya con eso, a mí me compran =)
Muy lindo, como siempre, el lugar y el relato.
El Santi:
Ah, ya lo creo!
Todo conmina a ir: el paisaje, la gente, la música, las empanadas y el vino!
Susana:
Ah, eso es una cicatriz con glamour!
Hmmm... el descanso lo dejaré para otro día, aún tengo mucho que corregir!
Otro abrazo para vos.
Deta:
Jeje, este al menos es cortito!!!
Fernando:
Sí, porque habíamos estado sólo de pasada rumbo a Jujuy; sí habíamos estado en Cafayate, pero no el La Muy Hermosa.
No, no lo he contado, sofrenate, che!
María:
Ah, igual sabía que eras vos (te conozco la letra!)
No saqué esas fotos... sí saqué un montón desde el teleférico.
Peter:
Es que si me presento con un cosplay de Mama Ocllo, seguro que gano!
;-)
Camarandante:
Para mí también los Chalchaleros y los Fronterizos tienen olor a infancia... Pasa que de los Chalchaleros ya había puesto música en entradas anteriores, y pondré en la próxima.
Sentite todo lo orgulloso que quieras; es más que justificado!
Alvaro:
Las empanadas eran casi todas de carne, y todas diferentes, y todas riquísimas!
Marple:
Fueron 9 días (sin contar el viaje de ida y vuelta); me encantaría volver para quedarme más tiempo, o al menos estar sólo en dos o tres lugares.
Ah, a mí me encantaría tener un salón de té o un pub, así que la entiendo a tu colega.
Edgardo:
Mirá, cuando estábamos en el MAAM, otra visitante dijo algo así como "Qué bestias" cuando leyó lo de los sacrificios; yo le dije que en la actualidad se siguen matando niños sin siquiera tener un dios como excusa, y que me parece mucho más atroz...
El vestido no era de una casa "cazaturistas"; era de una para salteñas coquetas, que seguramente las hay muy lindas, como su ciudad.
Me alegra servirte de guía en tus recuerdos.
Ro:
Ah, si hay algo que envidio de verdad es esa gente que viaja muchísimo... Justo ahora el periodista Marcello Figueredo acaba de publicar un libro ("Una forma de viajar") contando como 20 años de viajes... creo que lo compraré sólo para envenenarme a piacere!
Cr:
Ah, el tráfico con bienes patrimoniales lamentablemente ocurre en todas partes; incluso allí mismo en el MAAM hay referencias de apropiación indebida con "la Reina del Cerro".
Y lo de la exhibición genera polémica, sin dudas. Incluso una señora que estaba en el viaje comentó que ella hubiera preferido que dejaran los cuerpos en el Llullaillaco, ofrendados. Qué sé yo, lo veo más desde la óptica científica (además de la humana, evidentemente) y entiendo que el trabajo que hacen allí en el MAAM es valiosísimo.
Martín:
¡Uy, no sabés lo lindo que es el parque! Además, sorprende muchísimo encontrarse en la cima de un cerro bastante alto con un vergel y montones de cascadas y juegos de agua, y puentecitos, y escalinatas...
Y ni que decir que la ciudad está cuidadísima y es realmente muy linda.
Primero, la ZAMBA PARA NO MORIR me encanta. Su autor Hamlet Lima Quintana es un poeta al que todavía se le debe un gran homenaje. La leyenda dice que se inspiró en la figura del Che Guevara, al volver sobre la letra, te das cuenta que no es una interpretación desatinada. En cuanto a versiones distintas, a mí me puede la de Hernán Figueroa Reyes, genial folclorista que murió muy joven. Buscala en you tube y me vas a dar la razón.
Sobre las fotos, sigo guardándolas para cuando pueda conocer mi norte. La de la iglesia de San Francisco es bárbara. Irónicamente conozco iglesias en memoria de este santo de otros países: la de La Serena en Chile y la de Salvador de Bahía en Brasil...
María Castaña:
Ah, mirá, no conozco esa versión; la
buscaré, claro.
Conozco la iglesia de San Francisco de Salvador de Bahía, con su altar de oro, para honrar a un santo que predicó -y practicó- la pobreza...
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