domingo, 30 de mayo de 2010

No hay paro ni madre que detengan a un friki comprometido con la causa

Para empezar por el principio, aclararé qué es eso de friki, porque si hay algo que he aprendido en mis años de ejercicio de la docencia es que nada puede dejarse por sentado, porque siempre hay uno que desconoce hasta las obviedades más grandes, y lo de qué es un friki tampoco es tan obvio.
Según la Wikipedia (disculpen lo poco académico de la fuente, pero ya comprenderán el porqué) "Friki o friqui (del inglés freak, extraño, extravagante, estrafalario, fanático), es un término coloquial, peyorativo en algunos casos, no aceptado actualmente por la Real Academia Española, usado para referirse al individuo de apariencia o comportamiento inusual, que se muestra interesado u obsesionado en un tema muy específico del que se considera fanático. Estos temas, conocidos como cultura friki, suelen estar centrados en la ciencia ficción, la fantasía, el manga, el animé, los videojuegos, los cómics, y la informática". La cuestión es que yo de friki no tengo nada, salvo tal vez el haber visto las 6 películas de la saga Star Wars varias veces, y la de ratonearme aún años después con Hayden Christensen en el aviso de perfume Lacoste que están pasando por la TV en estos días. Pero lo cierto es que mi ingreso a la blogósfera tuvo como consecuencia, y como es natural, la interacción con otras personas, de diferentes edades, orígenes, profesiones, y con diferentes intereses. Una de esas personas es Peter Parker, quien en gran medida es el (ir)responsable de haberme abierto la puerta del frikiverso, y de haberme presentado a un montón de personas tan frikis como divertidas y creativas.
Claro, yo habré perdido la frikinidad -al respecto véase la crónica "El día que perdí mi frikinidad"  al respecto-, pero todavía conservo un altísimo nivel de normalidad, como señaló Martín  cuando fuimos a una función especial de "Iron Man 2": "Nosotros dos nos vinimos muy coloridos", lo cual era absolutamente cierto, ya que él estaba de azul y gris y yo de verde y marrón, en lugar de riguroso negro con remera alusiva a la película, como casi todos los demás asistentes.
Pero, normalita o friki, no quería perderme una nueva edición de Montevideo Comics, que es una convención que se realiza cada año (esta fue la 8ª) en la cual hay stands con expositores de diferentes editoriales y otras empresas vinculadas a la historieta, videojuegos, proyección de películas, conferencias, juegos de rol, y lo más esperado por grandes y chicos, el concurso de cosplay. ¿Qué carajo es el cosplay? Bueno, es un neologismo que viene del inglés costume (disfraz) y play (actuación o interpretación). Un concurso de cosplay implica que los participantes se disfrazan como personajes de historieta, dibujos animados, videojuegos o lo que sea, y actúan como tales. Ni que hablar que es un verdadero disfrute ver la creatividad y el empeño que pone la gente en construir esas identidades, que a una le dan ganas de animarse (yo estoy esperando a que me salgan dos o tres canas más para mandarme un cosplay de Crüella De Vil que ni les cuento).
No pude quedarme hasta el final del concurso de cosplay (me fui a las 11 de la noche y aún faltaban muchísimas presentaciones), así que me perdí al ganador (que dicen los entendidos que se mandó una representación de Belmont, de "Castlevania" con un despliegue de boleadoras que ni un bailarín de malambo). Eso sí, no me perdí lo más friki de la noche: un tal Johnny o Choni que subió al escenario en un entreacto, vestido "normal" y que se mandó una versión de la marcha "Mi bandera" a cappella y a grito pelado que hizo poner de pie con el más profundo fervor patriótico hasta al más japonés de los otakus.
Evidentemente, la organización de un acontecimiento de semejante magnitud (al respecto, consultar a Peter, que estuvo en el tema de las conferecias, que tuvo figuras de renombre internacional y no es joda) lleva muchísimo tiempo y esfuerzo, y estaba pautado para el fin de semana de los días 15 y 16 de mayo. Lo que no se esperaba fue que hubiera un partido clásico por el final del Campeonato Uruguayo ese sábado, y que eso desencadenara un paro de transporte, ni que se cambiara el Día de la Madre del 9 al 16 por las elecciones municipales (o al menos eso creo), ni que hiciera un frío de cagarse en pleno mayo. Pero no hubo paro, ni madre ni chijete que impidiera que las instalaciones del Complejo Plaza se llenaran: se necesitan fuerzas mucho más poderosas que ésas para detener a una horda de frikis decididos a divertirse.

Veraderamente friki: todavía existen los Pimpinela,
y hay gente que paga por verlos

Apegados a las tradiciones: los cómics, los videojuegos,
 el animé, el mate

¿Cosplay de Evaristo?
 (Comentario entendible no para frikis, sino para punkies)

El hombre de jengibre en un autoabrazo
 (las galletitas María no le dan ni la hora)

Diego Tapié dibujando a Lobo, el villano de la
 historieta "Cisplatino". No sé por qué, pero Lobo
 me recuerda a Diego, o Diego a Lobo

Mejor usá Rexona, que no te abandona

Un auténtico oriental, en todos los sentidos del término

Aquí vemos al propio Peter, en los ensayos
de "Cantando en la oficina"

Ahora es el turno de George Scribner:
¡A ver esas palmas!

Tras su fracaso como cantante, decidió probar suerte con
 los dibujos  animados; en estos momentos, le pide al cielo
un laburo en Uruguay (parece que en Disney no pagan bien)

Horacio Altuna, enseñándonos cómo trasponer
las puertitas del Señor López

La hora de los conferencistas serios: Nacho Alcuri y Leo Lagos
enfrascados en un debate sobre los temas que realmente
 importan,  a una semana de las elecciones departamentales:
 ¿Marvel o DC?
(No me dirán que una campaña electoral centrada en
"MontevideAna" y "Hey, votalo a Ney" es seria...)

La prueba de la seriedad del conferencista la da
su mochila de Chewbacca (¡Perdoname, Nacho!)

De lo más divertido de MC: el equipo de "cineastas"
de Mervel Films presentando algunos fragmentos de
sus desopilantes producciones

¡Feliz día, mamá! Según declararon en la TV, el fantasma verde
 de los Cazafantasmas era la madre de uno de ellos.
 No me dirán que no es un regalo mucho mejor que una plancha...

MC no estuvo libre de incidentes: aquí vemos cómo Rorschach
de los Watchmen se lleva a Harvey Birdman, abogado,
 a punta de revólver

Ni el cuello ortopédico le impidió presentarse al concurso
de cosplay (a su lado, una cosa negra que no logré identificar)

¡Ay, nena, llevate el saquito que después refresca!

Un funcionario del Ministerio de Salud Pública, haciendo
campaña a favor de la vacuna contra la gripe H1N1

No faltó el tradicional desfile de vestidos de 15 y novias

El estupendo cosplay de Marshall D. Teach (Barbanegra)
 y parte del culo del Malvavisco de los Cazafantasmas

El propio Barbanegra en acción, con cuchilla giratoria y todo
 (quedó 2º en el concurso)

Este muchacho tuvo severas dificultades para subirse
al ómnibus con su cosplay de Cabeza Piramidal.
 ¿Dónde quedó el eslogan "Montevideo (Comics) de todos"?

El mismo Cabeza Piramidal sobre el escenario:
 imponente (quedó 3º)

Sencillito pero impresionante, el Cuervo
(¡que en paz descanse!) dijo presente desde el más allá

Instantes antes de que el señor armado como con 8 katanas
le amputara la mano al que osó sacarle una foto (me fui corriendo
segundos después, pretextando un cosplay del correcaminos)

Bomberman, para nostálgicos del Nintendo
 (¿Te acordás hermano, qué tiempos aquellos...?)

La foto es una bosta, pero no podía dejar de ¿mostrar?
lo más friki de la noche: el Choni cantando la marcha "Mi bandera"
("Cual retazo de los cielos de los cielos 
do jamás se pone el sol se pone el sol...")
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viernes, 14 de mayo de 2010

Cómo hacer turismo en Uruguay y no morir en el intento - Cuarta parte

Minas eran las de antes


Debo reconocer que hace bastante tiempo no actualizo el blog. Podría excusarme diciendo que he tenido mucho trabajo, que la participación en el programa de radio me insumía un cierto esfuerzo semanal, que estoy dedicando parte de mi tiempo libre a dibujar, y que hasta tengo algo parecido a un a vida, lo cual es verdad (bueno, lo de tener una vida podría discutirse) pero lo cierto es que no he tenido ganas.

Comencé un texto acerca de la campaña electoral de las elecciones departamentales y municipales en Montevideo, pero por más esfuerzo que hice, no logré que me interesara ni a mí misma, interés que tampoco despertaron ni los candidatos ni sus publicistas, así que lo dejé en un una maraña de bostezos e indiferencia. Pensé en escribir algo sobre una función especial de la película Iron Man 2 a la que asistimos con otros bloggers amigos, pero al final la idea derivó en una serie de viñetas que cuando las termine quizás publique.

Entonces, antes de que la maleza tape al blog,decidí retomar la serie de textos sobre el turismo en este bendito país, para lo cual tuve que lanzarme nuevamente a recorrer los caminos de la patria.

Hacer turismo en Uruguay no es fácil, como sabe cualquiera que lo haya intentado, y por más que el Ministerio de Turismo haga unas campañas ingeniosas y divertidas -aprendan los publicistas que hicieron las campañas de los candidatos a intendente de Montevideo- el turismo está pensado para quienes cuentan con vehículo propio, tienen un cierto poder adquisitivo, o son jubilados, como se verá. Como yo carezco de vehículo propio, soy pobre pero docente y aún me faltan años para jubilarme, suelo hacer turismo, cuando puedo, fuera de fronteras, que es muchísimo más accesible en varios sentidos.

La cuestión es que al Salto del Penitente (paraje del departamento de Lavalleja, próximo a la ciudad de Minas)había ido sólo una vez, hace como 15 años, con un novio que tenía por ese entonces, que era, como yo, propietario de un espíritu aventurero, pero que, a diferencia de mí, también era propietario de una Ami 8 primero y de una Brasilia después, con las que recorrimos desde rutas nacionales a caminos de balasto. Entonces, cuando mi tía comentó que iba a Lavalleja, y en particular al Salto del Penitente, en seguida me subí al carro. El detalle es que el paseo estaba organizado por una asociación de jubilados... así que se trataba de ir con un grupo de "adultos mayores", que es el horrible eufemismo para referirse a gente que redondamente es vieja, y qué. Así que allá fui.

El paseo en general estuvo bien, fue un precioso día de otoño, recorrer las sierras fue un disfrute, y el almuerzo resultó excelente, con lo que quedó claro que los jubilados no se privan de nada. El inconveniente -no todo iba a ser fácil, qué te creías- fue que en una parada técnica en una estación de servicio, en el viaje de ida, se perdió una vieja, que no sólo se le ocurrió bajarse del ómnibus andá a saber para qué, sino que se subió a otro (se ve que un ómnibus lleno de viejos es igual a otro ómnibus lleno de viejos). Para peor, resultó que se llamaba Elisa, por lo que aquello de "¿Dónde está Elisa?" se convirtió en el leitmotif de todo el viaje. Por supuesto que Elisa apareció sana y salva, y de lo más contenta, y no llegué a saber si tuvo idea de que había desaparecido.

La nota de color la dio la campaña electoral para las elecciones departamentales, porque no había columna, árbol, muro o lo que fuera en la ciudad de Minas y en las sierras circundantes que no tuviera algún cartel con propaganda política de los numerosos candidatos.


Y aquí les dejo algunos de los documentos gráficos que recogí ese día:
La prohibición de encender fuego evidentemente
 rige sólo de este lado del muro
(¿Y qué carajo es un arrestallamas?)


Tras un largo camino que es una verdadera penitencia,
se llega al Salto del Penitente


"...Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas..."

¡Es un pájaro! ¡Es un avión! ¡Es Superman!
No, es un tipo haciendo canopy.
(Confieso que no me animé.)

A la cabalgata me hubiera animado,
pero no había ni un solo equino en la vuelta

"...porque no engraso los ejes
me llaman abandonáu...."

El departamento es muy chiquito y un poco incómodo
pero qué vista espectacular

Vista desde el nido del hornero

 
¿Se acuerdan de la familia Ingalls y su casita en la pradera?

No sé de qué era la promoción, pero lo que sea
a 90$ la docena es baratísimo, y encima te
regalan un televisor LCD de 32 pulgadas

Arrésteme, sargento, y póngame cadenas.
Esto es ir en cana con estilo.

Campaña electoral de corte familiar: la mayoría de los candidatos
no tiene apellido, y hasta se presenta el tío Pocho

Adriana, con su odontológica sonrisa, invita a votarla desde
cuanto muro, columna y árbol se dejara colgar un cartel.
Y al final, ganó.


Daniel no quiso ser menos, pero su sonrisa giocondesca
no le alcanzó para ganar

Ximénez (que sí tiene apellido) era otro de los candidatos.
No confundir con Ximénez, que es de otro partido.

Ximénez (que sí tiene apellido) era otro de los candidatos.
No confundir con Ximénez, que es de otro partido.

Si el zurdo va con Bordaberry, no quiero ni pensar con quién va
el derecho.Igual, quedó demostrado que su candidatura
andaba por el piso.
mmmmm