viernes, 9 de julio de 2010

Fuera de libreto

Estoy de vuelta, tras haber recorrido una parte del Norte Argentino. Como lo he comentado en otras oportunidades, viajar me encanta, y si no lo hago con mayor frecuencia es debido a limitaciones económicas; eso sí, cuando tengo un peso partido por la mitad, me voy a donde puedo.

A lo largo de los años, he conocido lugares y gentes que me han gustado más o menos, sitios que me han maravillado, y algunos hasta me han decepcionado; a muchos de esos lugares volvería encantada. Sin embargo, pocos viajes me han impactado tan hondamente como esta breve recorrida por las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy.

Tal vez sea yo, que me encuentro en un período de balance, de reflexión, de repensar el rumbo, pero me ando sospechando que no. La imponente magnificencia de sus paisajes, la riqueza de su historia y de sus tradiciones, la humildad y la calidez de su gente, seguramente le hagan mella aún al más curtido de los marcopolos.
Por un tiempito, Ajo y agua cambiará su tónica habitual; tal vez este blog en el que pretendo escribir humor, no sea el sitio adecuado para una crónica de viaje, pero no quería dejar pasar la oportunidad de compartir con ustedes mis impresiones, y por supuesto, mis fotos.

La observadora crítica y un poquito mordaz dará paso a la cronista conmovida, que después de todo, son la misma.



Sepan disculpar los habituales seguidores.
 
Lunita tucumana



Iniciamos el viaje por Tucumán, la más pequeña de las provincias argentinas, lo que no es un dato menor para una que viene de un país más bien chico, más aún cuando varias de las provincias del país vecino son bastante más grandes que el Uruguay. Tras horas y horas de viajar bajo la lluvia, el cielo de Tucumán nos recibió con la lunita en todo su esplendor. En el Norte Argentino la estación lluviosa es el verano, así que durante todos los días disfrutamos de un cielo de un azul profundo.
Tras instalarme en un hotel de la capital, San Miguel de Tucumán (el Tucumán Center, un hotel espectacular en el que pude despatarrarme en una cama en donde cuatro personas cabían cómodamente, con televisor LCD igual de amplio, lo que constituyó un detallecito importante, ya que estábamos en pleno Mundial), salí a dar una vuelta. Domingo por la mañana, era un placer recorrer las callecitas cuidadosamente limpias, y ver cómo los bares del Centro se iban llenando de gente que iba a tomarse su cafecito y a leer el diario. Por aquello de "donde fueres, haz lo que vieres", me metí en un coqueto barcito en donde me incorporé un café con leche con esas medialunas de manteca tan típicas de la Argentina y que son una delicia... Estoy por proponerle a Kristina que la medialuna pase a ser uno de los símbolos patrios. El mozo muy amable me alcanzó uno de los diarios locales, y con placer me sumergí en la lectura de los comentarios del partido que Uruguay le había ganado a Corea del Sur el día anterior.
Así reconfortada, di una vuelta por la Plaza Independencia, que como suele ocurrir en casi todas las ciudades, pueblos y villas del mundo occidental y cristiano, se encuentra rodeada por los principales edificios de la localidad. La particularidad de esta plaza es que entre los muchos árboles que la habitan, se destacan los naranjos, todos ellos cargados de frutos.

Vista parcial de la Plaza con sus naranjos; al fondo, la Catedral

Detalle del frutado friso de la Catedral

Entre los naranjos, una coqueta luminaria

Cerca del mediodía estábamos convocados en el hotel; a la hora indicada, nos invitaron a pasar a uno de los salones, en donde nos recibió la gerente del hotel y disfrutamos de un espectáculo de folclore, en donde no faltaron la "Lunita tucumana" y las danzas típicas.



Tras el espectáculo, nos invitaron, como no podía ser de otra manera, con empanadas y vino. Se iniciaba allí el "empanada tour" que nos acompañaría el resto del viaje.

Tras ese recibimiento, imposible salir a almorzar... Vi lo que quedaba del partido Alemania 4 - Inglaterra 1, y me fui a dar una vuelta rumbo al Parque Centenario 9 de Julio. Claro, un domingo a esa temprana hora de la tarde en una ciudad del interior, y en espera del partido que poco rato después jugaría la selección argentina con la  mexicana, semejó un paseo por un pueblo fantasma... sólo el humo de los asados daba idea de la presencia de pobladores. Tras mi caminata en solitario, volví al hotel para mirar el partido, hasta que la victoria argentina me invitó a salir a la calle y a formar parte de los festejos.


Al caer la tarde, teníamos programado un city-tour, lo cual se llevó a cabo con ciertas dificultades, más que nada auditivas, dado que los tucumanos seguían dándoles duro y parejo a las vuvuzelas.

A lo largo del viaje, el guía -Claudio, un humahuaqueño- propuso las visitas guiadas por la noche y a pie, lo que permitió ver los edificios históricos bellamente iluminados. Recorrimos la iglesia de San Francisco Solano, la Casa de Gobierno, la Plaza Independencia, la Iglesia de la Merced, la Catedral y la Casa Histórica, en donde se juró la Independencia el 9 de Julio de 1816 (¡Qué casualidad... un día como hoy!) En esta casa presenciamos el espectáculo de luz y sonido en el que se recrea la gesta independentista, que resultó interesante aunque un poco largo, o tal vez era que una había pasado las 24 horas anteriores en un ómnibus y que el fresquete de la noche tucumana ya se hacía sentir.

Iglesia de San Francisco Solano,
con devotos de la iglesia maradoniana

La Casa de Gobierno, vestida de gala

Iglesia de la Merced.  Manuel Belgrano, que era devoto, le entregó el bastón de mando tras la victoria del 24 de septiembre de 1812. La iglesia, empero, es del siglo XX
Uno de los altorrelieves realizados por Lola Mora, en el que se representa la Declaración de la Independencia - Casa Histórica

La Catedral bajo la lunita tucumana

Terminamos la noche en un restaurante, en donde nos sirvieron... empanadas, más una serie de carnes con ensaladas, y un muy buen vino local. Lo más curioso fue que los mozos eran además cantantes, y tras servir la cena se pusieron a interpretar canciones del folclore local, entre las cuales no faltó la "Lunita tucumana" de don Atahualpa Yupanqui.
 

Como varios amigos argentinos me invitaron a conocer otros músicos norteños, me puse a seguir sus sugerencias; aparecía por allí la mención a la zamba "Si llega a ser tucumana", de Miguel Ángel Pérez y Cuchi Leguizamón. Resulta que encontré muchas versiones, pero me decidí por ésta, cuya intérprete no conocía: 



Próximo capítulo: Por las sendas del Tafí

23 comentarios:

FLACA dijo...

¡Qué lo parió, qué lindo!... Y yo preguntándome aquí dónde andarías que no aparecías. Así sí que está bueno perderse.
Un beso.
¡¡¡Uruguay nomáááá!!! ...(lo digo por mañana)

yonky dijo...

Metale ajo y agua,no se perejil,chinchivirry y algun puta pario si quiere,haber como sale ese chimichurry,que nosotros ponemos la jeta y la oreja.

Tamo!! he dicho

Anónimo dijo...

Muy bueno el primer capítulo de tus andanzas por tierras argentinas... Buenísimas las fotos, también las de los miembros de la iglesia maradoniana ;-)).

Espero ansiosa el segundo capítulo.
Ahora, a ver si la celeste destroza a los alemanes.

María

Fernando Terreno dijo...

Andrea:
Muy lindas tus fotos del Jardín de la República.
¿Andando por esos pagos, escuchaste una zamba que se llama "Si llega a ser tucumana"?
Es de un poeta catamarqueño que se llama Miguel Ángel Pérez, y la música es del Cuchi Leguizamón.
Me permito recomendarla y para agregar algo más nuevo, tan bueno como aquella Luna Tucuma (la última sílaba la tienen Los Chalchaleros) te dejo un par:

Luna Monti-Juan Quintero
Melania Pérez
Si te gusta el folklore buscá alli y después me decís.

Fernando Terreno dijo...

Jugá bien esta tarde.
¡Vamo arriba La Celeste!

andal13 dijo...

Flaca:
De verdad que es precioso, y un viaje que no escatimó emociones.
"...no te pido un imposible,
lo diste y lo vas a dar,
no te pido un imposible,
dámelo una vez más..."

Yonky:
¡Jajaja, aprontá la jeta pa' las empanadas, botija!

María:
Este primer capítulo es como suavecito... ya vendrán las empanadas más condimentadas!

Haremos lo posible por vencer a los teutones (y por consolar a Joachim!)

Fernando:
Bien puesto el apodo de "jardín de la república". Me gusta mucho el folclore norteño, así que te agradezco pila los datos. Opté por poner un "clásico" porque durante los dos primeros días la escuchamos como 5 veces, y había luna llena en serio.
Ya vendrá algo menos ortodoxo en Tafí del Valle.

Haremos lo que podamos, pero viste que contra el pulpo Paul no hay quién pueda!

Marple dijo...

Andrea: me gsta la cronista conmovida, tanto es así que tal vez le haga el gusto a my husband y haga ese viaje.
¿fuiste en avión o en ómnibus?
Me siento más segura en un ómnibus pero no sé si resistirá mi columna.
Espero la continuación para decidirme rumbear hacia esos pagos.

un beso

andal13 dijo...

Marple:
Fui en ómnibus, por una cuestión de costos, fundamentalmente. No le temo al avión, pero sí al precio, y más miedo me da lo que me cobra un taxi para llevarme al aeropuerto, jijiji!
Me quedé con unas ganas locas de volver, pero no para recorrer sino para quedarme en determinados lugares, que me encantaron, así que tal vez vuelva en avión.
Viajé por Elpidio Campos & Asociados, y te lo recomiendo absolutamente.

Unknown dijo...

Una vez que se lo conoce siempre se vuelve al NOA. A buscar nuevos lugares, a visitar más tiempo los vistos, a estar rodeado de esa gente.
A comer rico, rico.

Esa región es muy bondadosa.

La zamba que menciona Fernando es muy linda, como todo lo que hizo el Cuchi Leguizamón.

Algún día, así de casualidad, nos encontraremos todos por esos caminos.

andal13 dijo...

Cr:
¿Estás insinuando que el NOA es altamente adictivo???
¡Pues estoy de acuerdo! En serio, mientras lo recorría, pensaba "tengo que volver, tengo que volver, tengo que volver..."
A Cuchi Leguizamón lo conozco hace poco tiempo, así que agradezco mucho que me recomienden su música.

Goliardo dijo...

Excelente crónica de viaje, género exquisito cuando el cronista sabe transmitir emociones y momentos vívidos, y este es el caso. Ya te dije que para mí es una asignatura pendiente el NOA. Así que pienso seguir la saga y tomar apuntes.
Y si se puede recomendar algo del Cuchi (sin ser un gran conocedor)me parece una belleza Maturana.
Augurios, mientras me quedo esperando unas empanadas salteñas de carne cortada a cuchillo.

andal13 dijo...

Goliardo:
Gracias por el elogio, pero honestamente, esta primera página del diario de viaje no refleja ni por asomo lo que vendría después.
Gracias por la recomendación, y buen provecho!

Unknown dijo...

No hay caso, voy a tener que ir algún día a ese famoso NOA, ya van tres personas que gozan de mi respeto intelectual que vuelven enamoradas de esos lugares- Andrea, El Tata y Amelie. Por algo será.
Esperamos el segundo capítulo y esperamos también que la receta legítima de las empanadas norteñas de una y otra provincia haya quedado grabada en tu mente y paladar de tal forma que un día, quién te dice, nos juntemos en algún antro a degustarlas. Y bajarlas con algo.

ROBERTO CERVANTES P. dijo...

Muy interesante todo el relato. Acompañado con las magníficas fotos, nos haces sentir un poco allá. El norte de Argentina es algo que me gustaría conocer. Esas ciudades y pueblos chicos, pulcramente limpios, como vos decís, es algo que se antoja.
Espero te hayas tomado una botella entera de un TORRONTES de Salta...¡ese aroma en el vino, ese sabor profundamente frutal es delicioso¡¡
Sigue Narrando y a ver que día vas a subir algo de tu viaje a México,los estamos esperando en casa mi familia y yo.

andal13 dijo...

Santi:
Mirá, si los términos "empanadas" y "vino" no te motivan a visitar el Norte, m'hijo, no sé qué lo hará!!!
A mí me llamaba desde hace mucho; incluso ya había pospuesto este viaje por razones "ajenas a mi voluntad", pero ahora estoy pensando muy seriamente en volver.

Vuelvo...:
¡No sólo probé el Torrontés in situ, sino que me traje unas botellitas por si acaso! Durante el resto del viaje tomé tinto, que me gusta más, pero el Torrontés bien vale la excepción.
Ojalá pudiera ir a México algún día (lo tengo en mi lista de "ojaláes").

Unknown dijo...

Amiga, me alegro que viajaras como tanto te gusta. Viajar es una experiencia maravillosa, todo se disfruta, todo aporta, todo suma (aunque en ocasiones un viaje no puede salir como lo planeamos). Lo que más me pone feliz es que hayas podido venir por estos pagos argentinos (que tan poco tienen que ver con el ser porteño que tanto nos caracterizan). El norte más que el sur (aunque yo ame el sur por sus paisajes y por ser el lugar que me vio nacer) tienen magia en sus polvorientas tierras, en sus fachadas de adobe, en sus facciones de indio, con pieles e historias curtidas por la inclemencia del sol y del hombre que han imprimido su furia por esas regiones.

Lo que has vivido es algo parecido (salvando todas las distancias) a lo que vivieron dos soñadores, dos luchadores en “Diario de Motocicleta”, vos caminaste las mismas calles y te maravillaste con los mismos paisajes que ellos. Y como a ellos la realidad, el contexto, la naturaleza te conmovieron de tal forma que trastoco (mucho, poco, ya veremos) lo que sos.

Me sumo a la iniciativa de convertir a la “medialuna” en otro de los grandes símbolos nacionales argentino.

El organigrama arquitectónico impuesto a la fuerza por los españoles no deja de cansar, gustar y conmover. Ver un pueblo del interior de Argentina o Uruguay es ver una misma distribución, una misma arquitectura. La plaza central, la iglesia, la municipalidad, la comisaría. Verla una no es verla todas, pero es más o menso parecido. El tiempo en todas ella pasa igual.

Me alegro que disfrutaras tanto (no podía ser para menos). Que bueno entrar por aquí (de nuevo, estaba perdido en viajes internos que me quitaron tiempo) y encontrarme con vos plenamente.

Seguiré apasionado el resto de los capítulos de tu viaje. Con tanta empanada y vino me dio hambre y me voy a comer algo. Que pena lo de ayer con Uruguay, se merecían haber ganado el partido, un hecho sin los horrores que realizo el arquero.

Te mando un beso gigante amiga.

HologramaBlanco

Lara dijo...

Que hermosas fotos! Y que lindo relato! Avisame cuando vuelvas que voy contigo, jaja! :D

Corto Maltes dijo...

Cada viaje tuyo es una novedad para nosotros y por lo que se puede palpar todo un disfrute para ti. Eres la Julia Alonso de los blog, aunque creo que sos mas, porque transmitis tanto en tus relatos que el pobre Julio debería tratar de imitarte.
Un beso y esperamos conocer mas del mundo a travez de tus ojos que parece todo mas lindo.

andal13 dijo...

Edgardo:
Ya me había enamorado del sur de la Argentina hacía tiempo; tuve la fortuna de recorrer diversos lugares de la Patagonia en diversas ocasiones, y volvería cuantas veces pudiera; ahora me tocó enamorarme del norte, tan diferente pero tan entrañable a la vez.
Está bien que de vez en cuando viajes "para adentro", pero no te desaparezcas por tanto tiempo.
¡Salud!

Lara:
¡Gracias!
Andá poniendo moneditas dentro de la chanchita, que cuando se llene, nos vamos!

Corto:
Hacía tiempo que no pasabas por acá, pero fue escribir "empanadas" y "vino", y te apareciste, jijiji!
¡Pobre Julio, no hubiera encontrado ni una sola chica en tanga para mostrar en la Puna!
Me alegra que te haya gustado; ya estoy preparando el segundo capítulo.

Detaquito dijo...

Ahhh pero no hay nada como un ocaso otoñal desde el campito de B. Guas y M. Orticochea mirando hacia la ex fabrica de cemento portland... que paisaje mas bello e inspirador!

Aunque era mas lindo antes cuando, segun cuantan los abuelos, estaban las 4 chimeneas y nos invadia el polvillo letal del articor. Ahhhhh

Bueno, ese es el tour que puedo realizar hoy dia...
Ojo es envidia sana lo mio, muajajajaja

:P

andal13 dijo...

Deta:
¡Ay, me hiciste piantar un lagrimón, botija...! ¡Qué tiempos aquellos, en que había 4 chimeneas grandotas que expulsaban día y noche su vómito de humo, como dice Sabina, y una se lo incorporaba a su sistema respiratorio...!

Detaquito dijo...

Al respiratorio, al nerviso, al cardiovascular, al linfactico y a muchas cosas mas que tenemos adentro... (diria maradona :P)

¡Pucha que eran tiempos buenos esos!

andal13 dijo...

Deta:
Un profesor de anatomía, el Diego!