sábado, 28 de febrero de 2009

Cómo hacer turismo en Uruguay y no morir en el intento Primera parte: Flores (en mi tumba)

Uruguay es un país relativamente chico -sobre todo si lo comparamos con los vecinos de al lado- pero tiene numerosos atractivos a la hora de hacer turismo. Eso sí, fácil no es. Como para ir llevando diré que si uno carece de medio de transporte propio -entiéndase automóvil, porque submarino o globo aerostático pueden resultar poco prácticos- más que difícil, resulta casi imposible, a menos que uno sea de los que gustan de ir a un lugar y quedarse allí quietitos. Para los que amamos el movimiento y recorrer diferentes sitios cuando viajamos, tener un vehículo a disposición es algo casi imprescindible. El otro elemento que no le puede faltar a quien decide vacacionar en Uruguay es la paciencia, que necesitará tener a mano y en grandes dosis, porque en este bendito país el lema parecería ser "para qué vamos a hacer las cosas bien, si podemos hacerlas regular, mal, o no hacerlas".
Como carezco por completo de rodado, y los únicos transportes que manejo -con bastante torpeza- son el triciclo, la bicicleta y la carretilla, para recorrer mi propio país dependo de otras personas. Así fue que con mi amiga Laura, propietaria desde hace poco de un vehículo equipado con motor, decidimos aventurarnos por los caminos de la patria, rumbo al Lejano Oeste, como Thelma y Louise, pero sin encuentro con Brad Pitt ni persecución por parte de Harvey Keitel (lamentablemente).
Nuestro primer destino era el departamento de Flores, ubicado al suroeste del territorio. Es el departamento de menor extensión después de Montevideo, y el menos poblado; curiosamente, es el que tiene mayor número de automóviles per capita, porque por todo el país pueden verse coches con matrícula de Flores, y no quiero pensar que pertenezcan a personas que viven en otros departamentos y empadronan allí porque es muchísimo más barato, líbrame Santa Patente de pensamiento tan impuro. El interés por ir a Flores radicaba en visitar la Gruta del Palacio, una formación geológica curiosísima, rodeada, además, por el misterio de ciertas leyendas indígenas.
Así que, tras haber organizado la cuestión del alojamiento, nos dirigimos hacia la capital departamental, la ciudad de Santísima Trinidad de los Porongos, más conocida como Trinidad por sus familiares y amigos. La ciudad es chiquita, con poco más de 20.000 habitantes, y se encuentra alejada del mundanal ruido de la metrópoli. Me resultó una ciudad linda, cuidada, y por sobre todo, tranquilíiiisima. Como datos baste decir que los números de teléfono son de cuatro cifras (sí, cuatro), y que todo el mundo deja sus bicicletas y motos en la calle sin seguro de ninguna clase y las encuentra a la vuelta. La gente es de lo más amable, y no disimula la curiosidad ante la presencia de los visitantes foráneos (todo el mundo supo que había dos “extranjeras” en la ciudad).
La entrada a la ciudad está marcada por un espectacular grupo escultórico obra de Martín Arregui, denominado “Zooilógico del futuro”:

Ni bien nos instalamos en el hotel, salimos a recorrer la ciudad, que como muchas (¿todas?) ciudades del interior tiene una plaza principal con un monumento al Gral. José Artigas, rodeada por los edificios más relevantes. La particularidad es que esta plaza se llama “Constitución”, siendo que la primera Constitución de la República fue jurada en 1830, cuando hacía sus buenos diez años que Artigas se había ido a Paraguay.


Otro dato curioso de Trinidad es que muchas calles y monumentos homenajean a caudillos del Partido Nacional, siendo la capital de un departamento que lleva el nombre de Venancio Flores, colorado como sangre de toro y acérrimo enemigo de los nacionalistas blancos como hueso ‘e bagual. Otra curiosidad es que la catedral, conocida por la imagen de la Santísima Trinidad (¡Caramba, qué coincidencia!) estaba cerrada en las tres ocasiones que quisimos visitarla… ¿El cura estaría de vacaciones?


Una de las calles principales de Trinidad, un martes en horas de la mañana. ¡Una locura el tránsito... y qué smog !



Bancos prontos para que los vecinos salgan a “hacer vereda”; después de la siesta, claro


Santa Marta tiene tren pero no tiene tranvía;
Trinidad no tiene tren, ni tranvía, ni siquiera vías, pero tiene estación


Anuncios de venta de cigarrillos por todas partes; ni uno solo de esos comercios estaba abierto (¿a quién se le ocurre fumar a la hora de la siesta?)

Después de almorzar, decidimos subirnos al “rojito” (tal el nombre del velocípedo de Laura) y recorrer las afueras, para culminar con la anhelada visita a la Gruta del Palacio.
A poco de salir de Trinidad, por ruta 3, nos encontramos con el Queco "Las gatas" (sic). Para los que no conocen el término, "queco" es el nombre que se les da popularmente a los establecimientos en donde hay damas que ejercen el oficio más antiguo del mundo, que no es ni el de cazador ni el de decorador de interiores, lo que una podría deducir erróneamente al ver las cuevas de Altamira. En general estos locales están identificados como "whiskerías", aunque nadie vaya a ellos para degustar la noble bebida destilada de la cebada. En Montevideo suelen ser frecuentadas por marineros coreanos y polacos; tal vez la lejanía del mar llevó a los propietarios de "Las gatas", más habituados a un público menos marítimo y más agrario, a decidirse por el apelativo autóctono.
Pasando el queco, llegamos a la reserva de fauna “Dr. Rodolfo Tálice”, en donde hay ejemplares de fauna autóctona y exótica (desde cotorra a pavo real, desde hurón a llama) en un espectacular entorno primorosamente cuidado; como en tantos lugares de este país, la entrada es totalmente gratuita (¿De dónde salen los fondos para mantener ese lugar enorme y cuidadísimo?)


Seguimos camino rumbo a la Gruta del Palacio; sabíamos que se encontraba a 46 km de Trinidad, sobre la antigua ruta 3. Ahora bien… ¿dónde corno queda la antigua ruta 3? Por supuesto que habrá cartel indicador en alguna parte. ¿Por supuesto? En realidad, cuando sospechamos que ese camino que asomaba a la izquierda podría ser el que nos llevara, por él tomamos. Luego de recorrer varios kilómetros bajo un sol abrasador y no cruzar más que avecillas de todo plumaje, comenzamos a temer que ésa no fuera la ruta. ¿Cómo no iba a estar señalizado el camino hacia la Gruta del Palacio? Cuando por fin nos encontramos con un ser humano –una chica que había parado a descansar con su camioneta a la sombra de un árbol – le preguntamos y nos dijo que sí, que íbamos bien. Varios km adelante, y tras haber pasado por la entrada sin darnos cuenta que era allí, por lo que tuvimos que desandar el camino, nos encontramos con que estaba cerrado. ¿La razón? En temporada alta –de noviembre a marzo- la gruta se puede visitar de miércoles a domingo. Por supuesto, nosotras habíamos llegado… un martes!!!! Es decir que habíamos viajado casi 250 km para ver un portón cerrado… Jamás en ningún lugar nadie nos informó de ese “detalle”. Con Laura nos miramos y dijimos a la vez: ¡Bienvenidos a Uruguay, país turístico! No pudimos ver la tan mentada Gruta del Palacio, pero yo conseguí un hermoso bronceado en mi brazo derecho –excepto por la blanquísima marca del reloj- al mejor estilo de camionero de Manchester. Al final, pusimos en marcha el rojito, y nos dirigimos hacia el Parque Andresito, a respirar un poco de aire de campo, a deleitarnos con el canto de los pájaros y a remojar las patas en el lago...


Por la noche, luego de una ducha reparadora –hacía un calor de locos, don Celsius no bajaba de los 30º- salimos a buscar un lugar donde cenar. La plaza y su fuente estaban iluminadas, y por unos parlantes se escuchaba música; decenas de adolescentes estaban reunidos allí, o paseaban en sus motitos alrededor de la plaza, dando la vuelta del perro.
A escasa cuadra y media nos encontramos con “El Nuevo Caldero”, y decidimos comer allí, en donde varios lugareños disfrutaban de su cena al aire libre -por aquello de “donde fueres, has lo que vieres”-. El sitio nos resultó de lo más coqueto, y nos llamó la atención una particularidad: sus mesitas en la calle.
Ustedes dirán que en todo el mundo hay bares y restaurantes con mesas al aire libre, a lo que yo diré “sí, claro, en la vereda”. Cuando digo que las mesas estaban en la calle, me refiero a que comimos en la calle, la vía pública, la calzada, o como quieran decirle a la ruta asfaltada por donde circulan los coches. Más allá del riesgo de ser atropelladas por una motito, fuimos atendidas por un mozo simpatiquísimo y comimos una pizza con aceitunas que seguramente figure en el top 10 de las mejores pizzas que probamos en nuestras vidas.
Volvimos temprano al hotel (sospechamos que la movida nocturna poronguera un día martes es inexistente fuera del recoleto queco “Las gatas”) porque el viaje rumbo al Lejano Oeste proseguiría a la mañana siguiente.
Pero ésa, es otra historia.



51 comentarios:

Susana Peiró dijo...

Turismo Aventura Andre!!!

Qué bonito fue pasear con Vos por esos pagos, totalmente desconocidos para mí.

Uruguay se me hace, cada vez más, un lugar para quedarse a vivir. Me gustaaaaaaaa!!!!!!

Besitos y buen Finde Amiga!

andal13 dijo...

Susana:

Mirá que el plan canje sigue abierto... ¿cambiamos Flores por Mendoza?

Besos desde la Gruta del Palacio! (Ah, no que estaba cerrada...)

CASANDRA dijo...

me hiciste salir de nuevo de la Capital, y reconocí muchas situaciones y rutas....si, hay que agregarle poesía y bueno humor a nuestro turismo carretera nacional...pero al final, siempre nos deja una sonrisa. cariños y sigo viaje el rojito con uds.

andal13 dijo...

Casandra:

Dale, no hay problema, tenemos lugar!

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Qué buen recorrido! Turístico, sociológico y lingüístico. Mira vos que "queco" denominara al sacrificado y nunca bien ponderado primer oficio del mundo (me pareció muy ingenioso cuando escribiste que los decoradores de interiores también son de los primeros trabajos por las cuevas de Altamira).
Sobre hacer las cosas regular, mal o no hacerlas... eso es una debilidad rioplatense, te diría, sin ofender a nadie, latinoamericana.
Envidio la tranquilidad de dejar objetos en la calle y volver al rato y encontrarlas en su lugar. En la Argentina eso no sucede ni en el más recóndito pueblo de provincia (el mío, por ejemplo).
Hermoso post, y espero seguir viajando por el enorme paisito (¿así lo llama Benedetti?)tuyo.

FLACA dijo...

¡Qué aventura!...Me hiciste mirar a Flores con otros ojos.

andal13 dijo...

María Castaña:

Ah, sí, en eso de hacer las cosas "máomeno" podemos dictar cátedra, sin dudas!
Con respecto a lo de dejar las bicicletas en la calle (y encontrarlas después) nos llamó muchísimo la atención... parecía que estábamos a un millón de km de Montevideo!


Flaca:

Es que a mí me sorprendió gratamente (si me olvido del affaire Gruta del Palacio).

Anónimo dijo...

qué tour, la verdad que dan ganas de ir...

andal13 dijo...

Cerdos y cerdas:

Procurá que sea entre miércoles y domingo (y después me contás qué tal la Gruta).

ro dijo...

Ahhh, lo contaste tan lindo y las fotos son tan como del paraíso calmo que me dieron ganas de ir a vivir ahí. El fenómeno de las motos alrededor de la Plaza lo ví en San José, lo que no tuve fue cena en la calle...jaja. Bueno, ya puse el dibujo, pero el gotán, por ahora...no sale. Veremos qué surge.
Y yo que creías que habías ido nada más que a CArmelo! Besotes

ro dijo...

El dibujo buenísimo y super inspirador...cuando uno tiene chispa, claro...por ahora...está apagada. Besotes

El Tata dijo...

Andrea; sos irrepetible. Yo debo haber estado cinco o seis veces en Trinidad; sin embargo, al leer tu relato me parece que recién la conozco. Si no te aburriste y leíste mis recuerdos, te acordarás de una anécdota sucedida en la que fui protagonista cuando estuvimos con la orquesta. A las grutas sí las conozco; pero tenés razón; para la desinformación turística como el uruguay no hay. En cuanto a la bicicleta dejada en la calle, se ve que en Trinidad el tiempo se ha detenido. Seguí contándonos cosas. Es un placer leerte.

andal13 dijo...

Ro:

Es que es para ir a vivir allí, sindudamente...
Lo que yo extrañaría como loca sería el cine, porque viste que voy un poquito seguido (eso sí, nunca más de dos veces en un mismo día) y el teatro.
Para hacer saltar la chispa, basta frotar dos palitos...


Tata:

¡Apareciste, mocoso! Mirá que te hacés desear, eh?
Seguro que leí tus memorias, qué te creés... y de aburridas, nada, muy por el contrario!
Sí, Trinidad se parece a "Santa Marta", la de la canción de Larbanois & Carrero, antes de la llegada de la TV cable y la interné.
En la próxima entrega, se viene la visita a Carmelo. ¡A estar atento!

dejamuchacho dijo...

Andrea
Una vez mas disfrutando de tus escrituras.
Que lindo!!!
Cada vez que te leo me convenzo mas, como si eso fuera posible, de lo maravilloso que es este pais!!!!

gracias

andal13 dijo...

Dejamuchacho:

Evidentemente, estás enamoradísimo de Uruguay... Y bueno, el amor es así...
Reconozco que tiene lo suyo, cómo no, que lo hace querible...

Carolina Trinidad dijo...

Me encanta el modo en el que contás los hechos.
Es cieto que es muy difícil practicar el turismo interno, entre otros motivos por lo caro que es. Pasar una semana en Termas del Daymán, en muchos casos, cuesta lo mismo que irse una semanita a alguna paradisíaca playa brasileña como ser Floripa o Torres.
Por aquí, por Salto, hay un poco más de "agite" y smog. Cuando lo deseen las espero.
Un beso.

andal13 dijo...

La impuntual:

Ni lo digas, que mis vacaciones más frecuentes son allende las fronteras... Mucho más barato y con más servicios en todas partes!

Pah, hace pila que no voy a Salto, que es tan lindo...

Martín dijo...

Me encantó cómo lo contaste. Me encanta que puedas ponerle siempre una cuota de humor y diversión.

Ahora, la verdad, honestamente... ni a palos voy. Todo bien, me parece súper interesante de leer, pero no es para mí :P

Besos, y espero con ansias el próximo tramo de recorrido.

juan pascualero dijo...

No puedo aplaudir, perdoname. Tu punto de vista y la manera como lo expresas son como de costumbre exquisitos. Pero.. yo nací y me crié en un pueblo como Flores y también conozco al susodicho. No merecen apologías como no sean de naturaleza geográfica. No voy a seguir, ¿se nota que ando muy bajoneado?

hsm1967 dijo...

Que viaje te mandaste, el interior todavía conserva estas bellezas por suerte.

andal13 dijo...

Martín:

¡No me digas que no nos vas a acompañar en las próximas aventuras de la vuelta rojística del Uruguay!!!
Animate, dale, capaz que hasta ves un ñandú u otra fiera autóctona.


Juan:

¿Será por aquello de "pueblo chico, infierno grande"?
No te creas que no me preocupan ciertos aspectos de la vida de esos pueblos, en particular en lo que respecta a los adolescentes y a los jóvenes; capaz que son lugares lindísimos para los que están de vuelta, o para criar un niño, por la tranquilidad y el contacto con la naturaleza.

Hugo:

¡Y no sabés lo que se viene en la segunda parte!!!
Gracias por pasar.

fede_buho77 dijo...

Uruguay noma!!!!! asi es si, veras que he vuelto aunque no por mis fueros como te imaginaras!



Nada nada, como el Uruguay no hay y a pesar de que tus colegas digan que esta subexplotado el tema turismo en estas zonas te dire que ya prefiero que queden asi antes que llenarlos de turistas que destruyen la apacible siesta eterna de estos lugares.

1)Una anecdota del paraiso de Flores

Ahora bien, como podras ver todo pueblo que se precie de tal tiene su bien querido queco (quilombo si de uruguayismos se trata) es un clasico infaltable del lugar; hace algunos años atras tenia un amigote que por estos dias reside en España que supo tener una mision en nuestro querido pais: Inspector de Quecos (es que lo de mi amigo era un oficio o por que no un apostolado al que se dedicaba con total entusiasmo) y ala lo veias al tipo montado en su rana verde (porque ese fusca era una rana) inspeccionando cada lecho de tan santos lugares y dando su aprobacion o no al lugar y a la candidata a ser sometida su test.
La cosa es que el tipo se trazaba meticulosamente un plan de trabajo en el cual recorria cada lugar non santo de los distintos pueblos del pais para hacerse de un nombre en los lugares que visitaba; y puedo dar fe que el hombre se transformo en una eminencia en el dudoso arte de recomendar lugares asi para los demas, y sabiendo ademas que se sometio a encuentros cercanos a veces del tercero pero tambien de esos otros del quinto tipo con unas señoras y/o señoritas que muchas veces si habian hecho la patria a lomo de caballo (en los dos sentidos) y que no dudaban en pelar el facon a la hora de cobrar la tarifa convenida cuando alguno de los muchachines se hacia el otario, la mejor que tengo de este delincuente fue cuando en uno de sus viajes se apersono a uno de estos establecimientos y le toco inspeccionar a una "señorita" de unos 55 pirulitos que insistia en ser llamada como "señorita" jeje, yo vi fotos que lo corroboran. Vaya esta anecdota de paso como homenaje a un amigazo que a esta altura debe estar por las Baleares presentando su "Carné de Inspector de Quecos del Interior Profundo" por alli o capaz que como Medico sin fronteras por Ruanda.

2) Lo de como todavia esta gente duerme de peurtas abiertas es algo triste y bizarro, triste que no pueda ser asi en todos lados como antes se cuenta y bizarro porque no puedo entender como estos porongueros no entienden que eso ya fue mal que nos pese, habra que re-uruguayizarlos para que no se confundan...

3) Ultimo... y vos que pretendias que en el bendito pais, y encima en el interior algo fuese de la manera en que vos prentendias que funcionara?... no no no no y no, estas muuuuuuy confundida muchacha, esto es Uruguay, o sea Uruguay; ¿me explico?, lo bueno es que por suerte doña Matilde Irurtia te llevo de turismo y capaz que termino siendo mejor que con un guia, pero no te vuelvas a confundir mira que las fuerzas de la comodidad-costumbre- comandadas por el Herr Mariscal "maomeno" Gorzyks son fuertes ...y atacan en el momento menos pensado (para que todo quede como esta uruguayito barriga) jejejaja saludos de Pedrito y del Gran Capitan mandon

Buho_77
(ya volvere por mi cueva a reclamar lo que es mio)

andal13 dijo...

Fede:

"Como el Uruguay no hay"... ¡Por suerte!
Interesante la misión humanitaria de tu amigo; seguramente alguna de "Las gatas" pueda dar fe de su inspección.
Dejalos a los porongueros con barbarie de la puerta abierta y la bicicleta en la vereda.... ¿para qué contaminarlos con las "bondades" de la civilización?

Fernando Terreno dijo...

Y bué, incluiremos a Trinidad en alguna próxima salida turística.
Y ya que estamos, si me permitís una pregunta. ¿Cuántos pisos tiene el queco ese? Digo, porque si la foto de la catedral la sacaste desde allí, ¡mirá que es alto el desgraciado!
Como ves, a pesar de tu "prédica disolvente", todavía dan ganas de ir a conocer y pasear por allá.
Un abrazo
Fernando

andal13 dijo...

Fernando:

¡Jajaja, no entré al Queco Las Gatas!!! Había un cartel de "no hay vacantes"!!!
;-)

Cómo no, vení cuando quieras (que no sea ni lunes ni martes, por favor!)

Bea dijo...

Genial, genial, genial!!!
Sigo coincidiendo con Santiago, que sos una de las personas mas brillantes e inteligentes de este mundillo.
Nuestro Uruguay será chiquito, pero da grandes personas como tu.
¿Vamos a Flores?, pero después del martes, ta?

andal13 dijo...

Beatriz:

Bueno, el miércoles te espero en la entrada a la gruta con una flor de ceibo en el ojal, jijiji!

¿Los agarró la "llovizna" de ayer?

Unknown dijo...

Querida hormiguita viajera:

Una maravilla esta primera entrega de su viaje. Le digo lo mismo que usté se dignó decir a este servidor en ocasión de su periplo (del servidor, no suyo) por la esplendorosa Villa Soriano: "¡adrenalina pura!"
Me gustó además porque me hizo recordar a Martín Arregui.
Supe estar en Trinidad en mis años mozos, aunque usté no lo crea, tocando música medieval y renacentista ¿qué talco?
Y en un boliche de la plaza, que parece que es emblemático ahí, el que tiene xilografías de Arregui en la pared, que no me acuerdo cómo se llama, ahí mismo digo, fue la última vez que vi a Arregui antes de su prematuro fallecimiento. El que suscribe supo trabajar junto con Arregui en una galería de arte que se llamaba "Galopar" en la ciudad vieja, pero lo que el loco hizo en Trinidad con su zoológico de metal lo vine a saber mucho después.
Te aclaro que a "Las Gatas" no fui.
Ese pueblo tiene un no sé qué...
Pero coincido con Martín, llega un momento en que...

Espero ansioso el resto de la crónica y especialmente lo de "las grutas del palacio"

Muy buena su milonga maroñense en lo de Ro. Y su dibujo ni le digo.

Unknown dijo...

Bó, qué bueno que apareció su hijo de la vida!!!
Y qué lindo comentario dejó.

andal13 dijo...

Santiago:

¡Apareciste, sotreta! Mirá vos, conociste a Martín Arregui... El bar que decís es el Café Beyruti, que está al lado de la catedral. Íbamos a cenar allí, pero las mesitas en la calle del Nuevo Caldero nos tentaron... sería menos tradicional pero más folclórico!

La música medieval le va muy bien a Trinidad; la renacentista me parece demasiado zafada!

El hijo de la vida asomó la jeta porque de cuerpo presente le dije que lo hiciera (está hecho un mocoso atrevido!)

Para la crónica de la gruta del Palacio tendrás que esperar... a que vaya algún día!

FLACA dijo...

Justamente había vuelto hoy para contar lo que ya contó Santiago: que habíamos tocado allí con el Capella, que habíamos cenado en un boliche en frente a la plaza y que en la mesa de al lado estaba Martín Arregui el que hizo ese monumento, cuyo interés pára mí era que era hijo del escritosr Mario, y que se encontraron con el Santi, Pero llegó el protagónico primero y lo contó mejor. Me gustan los pueblos de afuera, me gusta la tranquilidad y la sencillez, pero Flores parece un desierto.Qué querés que te diga.

andal13 dijo...

Flaca:

¿Así que vos también anduviste metiendo ruido en el silencio de la noche poronguera?
Más que desierto, parece detenido en el tiempo.
Pero claro, nosotros lo miramos de afuera.

mArXelLa dijo...

Yo quiero ir!!! creeme andre que estoy tomando nota y claro, haciendo mi ahorrito porq sino pues como! sabes que se me hace super extraño...lo de la siesta! uff aqui debería de existir.
Un beso

aaaa dijo...

Andrea: qué delicioso es leerte en tu guia turística.
Pones una frase: "para qué vamos a hacer las cosas bien, si podemos hacerlas regular, mal, o no hacerlas", y afirmas que es un mal uruguayo, pues no, cariño es un mal mundial, es una nueva filosofía de hacer las cosas, se ha extendido.
Lo que pasa que hay gente que disimula...
Las fotos impecables, gracias
bss

andal13 dijo...

Marxella:

¡Cómo no, vení cuando quieras! Eso sí, lunes y martes no atendemos, y a la hora de la siesta, tampoco!!!
Supongo que en los pueblitos de México también se duerme la siesta a la hora en que el sol está más fuerte, no?


Rafaella:

Sí, es cierto que hay una tendencia a hacer las cosas de cualquier modo, total... ¡Con lo lindo que es hacer las cosas bien!
Gracias por los elogios.
Besos!

Lara dijo...

Que bueno hacer esos viajes, me encantan!!

Uruguay es sui generis, pretendemos vivir del turismo pero no nos importan los turistas.Una amiga de mi hermana vino de Argentina en carnaval y se encontró con todo Montevideo cerrado.

Somos un pueblito, más allá de todo, por más que los montevideanos nos creamos cosmopolitas.

Pero a mí me gusta así... Es un bajón encontrarse con algo cerrado cuando fuiste específicamente a visitarlo, pero también está bueno que no te den mucha bola... no sé, a mí no me parece malo, al contrario esas cosas que pasan siempre se recuerdan bien igual...

Prefiero que Uruguay sea así, despreocupado... donde empecemos a perseguir el turismo y llenemos todo de servicios no va a haber más que estrés por todos lados...

Lindo Flores, nunca fui ni pasé cerca, todo un descubrimiento, jejeje.

Abrazos

Bea dijo...

Andrea:
Yo tengo una gran historia para contar del pueblo de Egaña.
Un día tenemos que ir. Es impresionante! Ríanse de Flores...
Es tan, pero tan chiquito, que como soy una burra y con las 4 patas, me desprendí del grupo, para conocerlo a mis anchas... y me perdí. Llegué hasta los dos pueblos limítrofes y no sabía cómo volver.
Eso sí...saqué fotos a lo bobo recordando a mi abuelo, que supo estar por esos pagos.
Una "joyita", mire.
Nadie, hasta el día de hoy, puede entender cómo me gustó tanto!!!
El paisito es hermoso y tiene lugares increíbles y totalmente desconocidos por nosotros, los citadinos.
Besos querida Amiga.

andal13 dijo...

Lara:

Como te digo una cosa, te digo la otra. A mí me gusta mucho lo "salvaje" y el contacto directo con la naturaleza; me enferma que hayan arruinado Punta del Diablo con montones de complejos habitacionales y tanto "servicio". Pero se pueden brindar servicios mínimamente dignos sin arruinar el lugar... ¿Qué costaba poner en una página web de la Intendencia que la Gruta abre tal día a tal hora? ¿O un cartel que indique el camino? Pero bueno, es lo que hay, valor!


Beatriz:

¡Ah, bueno, pero vos te perdés en tu casa!!! La historia da como para hacer un cortometraje, del estilo de "La velocidad de los ceibos". Andá juntando fotos y anécdotas, que yo voy contactando a los productores!!!

Lara dijo...

Ah, bueno, Andrea, ¡estás pidiendo que el gobierno tenga una página decente! ¡Es muchísimo pedir! jejejeje....

andal13 dijo...

Lara:

Tenés razón.
Mal yo.
;-)

Corto Maltes dijo...

Vos tendrías que hacer uno de esos programas televisivos de cámara en mano recorro el país. Seguro serian más divertidos que los que hay ahora.
Me mataste con lo de Queco, no lo sabia. Yo creía que el queco era un muñeco gordo que tenía un agujero en la boca para ponerle cigarrillos.
Yo en los pocos departamentos que estuve lo primero que hice fue dormirme un siesta porque esa es la mejor manera de puntuarlos, por el nivel de siesta que logras.

Camarandante dijo...

Andrea que bueno tu relato!

Que bien cuentas la vida de esos pueblos, que si le cambias el monumento de la plaza (San Martín x Artigas) y a la principal la llamas Perón, estás en Argentina y sabes qué, por aquí en las rutas que recorren el país es muy frecuente ver locales que ostentan el cartel de "Whiskeria", del año del ñaupa ha quedado el término!

Ah! buenas tus fotos, mire usté que buena fotografa había sido!!

Abrazo!

andal13 dijo...

Corto:

Acepto ofertas para hacer el programa por TV, jijiji!!!
Seguramente, las señoritas que atienden el Queco Las Gatas estarán muy gustosas de recibirte y hacerte una visita guiada por sus instalaciones... aunque no sé si lograrás dormir la siesta. ¡Y que la fuerza te acompañe!!!


Camarandante:

Ah, sí, esos pueblitos son más o menos iguales (en realidad, Uruguay se parece muchísimo a Entre Ríos y a Santa Fe).
"Whiskerías" acá hay por todos lados, pero allí dejaron de lado el eufemismo y plantaron el cartel de queco, nomás.
Gracias por los elogios hacia mis fotos; me encanta la fotografía, pero toco de ojo, nomás. Y aún sigo con la Nikon analógica (con lo que me cuesta una digital otra que viaje me haría!!!)

Descarga dijo...

en verdad, amo tu pais.

andal13 dijo...

Descarga:

Y sí, el amor es ciego...
¡Jijiji!

carmen jiménez dijo...

Pues no dudes que si alguna vez decido ir a la Gruta de Palacios, tendré muy en cuenta la temporada y el día. Y por supuesto probaré la pizza con aceitunas en mitad de la calzada.
Y ahora seguiré rumbo al oeste a ver si contemplo esa puesta de sol tan ansiada.
Un gran saludo.

andal13 dijo...

Media luna:

Creo que la gracia del turismo aventura es arriesgarse a hacer un montón de km y ver si está o no abierta (el encanto de la sorpresa!)

Peter Parker dijo...

La Gaceta de Trinidad
"Destacada Blogger montevideana visita nuestra ciudad"

"Definición de Blogger en pág. 8"

El Heraldo de Flores
"Andrea recibe las llaves de la ciudad por parte del Sr. Intendente"

The Santísima Trinidad Posta
"Andal13 regresó a Montevideo y nos dejó encerrados"

andal13 dijo...

Peter:

¡Juajuajua!!!! ¡Desopilante!!!
Eso sí, la Santísima Trinidad de los Porongos será una ciudad chica, pero tiene una prensa de lo más conspicua!!!

amelie dijo...

Por favorrrrrrrrrrrrrrr, qué humor para contar la historia de tu viaje. Me encantó leer las anécdotas, sobre todo porque no conozco esa parte del país y me animaste a visitarlo (algo que siempre pensé fue eso de 'perderme' por el paisito, ahora veo que hay que hacerlo sin pretensión alguna de prisa).

Varios comentarios:
1. Aún no he leído el segundo capítulo de tu viaje, es decir, capaz que lo aclaras después, pero ¿podrías contar algunas de las leyendas que te movieron a visitar la Gruta?

2. El 'queco'. Me mataste con esa historia. Desconocía el término, pero me hizo mucha gracia pensar en el siguiente detalle: en España también hay muchíiiiiiiiisimas 'whiskerías' y no creo que los hombres que entren ahí busquen el líquido elemento... Siempre están al borde de las carreteras comarcales (o antiguas nacionales, previas a las autopistas rápidas) y con luces de neón que parecen diseñadas por artistas extravagantes con colores que díficilmente casan unos con otros.

3. Me encantó eso de 'comer en la calle'. Después de leer esto no volveré a decirlo nunca más si estoy sobre la vereda jajaja...

Un beso grande y ¡¡¡voy a por el segundo capítulo!!! (te añado a mi lista de favoritos desde ahora)

andal13 dijo...

Amelie:

¡Bienvenida!
Si querés saber algo sobre las leyendas, acá encontrarás una síntesis: http://www.flores.org.uy/turismo/gruta.htm

Lo del queco fue una novedad; tendría que hacer más ruta a ver si encuentro otro con esa denominación en el cartel (supongo que se iluminaría por la noche; nosotras pasamos a eso de las 3 de la tarde, así que no estaba encendido, e imagino que las gatas estarían durmiendo la siesta, como el resto de la población de Flores).

Ah, sí, lo de comer en la calle adquiere un nuevo significado, sin dudas!!!!