Había llegado uno de los momentos más esperados del viaje: recorrer la Quebrada de Humahuaca.
Partimos de San Salvador de Jujuy muy temprano en la mañana, rumbo al norte, por la Ruta Nacional número 9, como quien va para Bolivia. El cielo aún oscuro, no permitía ver a nuestro alrededor. Recién con las primeras luces que asomaron sobre las cumbres a nuestra derecha, dejaron adivinar apenas los muros de roca que nos rodeaban. Llegamos a Purmamarca entre dos luces; el pueblo apenas se estaba despertando a la fría mañana.
La luna aún brilla en Purmamarca;
el sol apenas ilumina la cumbre de algún cerro
Purmamarca es un pueblito situado a más de 2.000 msnm, y cuenta con menos de 1.000 habitantes; nos dijeron que es imposible perderse allí, salvo que uno quiera figurar en el libro de récords Guinness como el primer caso de "perdido de Purmamarca"; la plaza, la iglesia, y unas pocas manzanas con casas particulares, una escuela, un par de hosterías, bares y puestos de artesanías, completan el pueblo. Claro, con el imponente paisaje que lo enmarca, no precisa nada más...
Iglesia de Purmamarca, construida en 1648. Los techos son
de cardón (¿Recuerdan aquellos cactus de los que hablé
capítulos atrás?)
Los primeros vendedores van poblando la plaza
Si alguien necesita un charango, aquí está el lugar indicado
Un cardón interpretando el papel de un perchero
Ahora sí, el sol asoma en todo su esplendor
¡Por fin! Llegó la hora de contarle los colores al
Cerro de los 7 Colores
Tal vez menos coloridos, pero estos cerros son aterciopelados
Totalmente decidida a hacerle la competencia
al Cerro de los 7 Colores. ¿Quién dijo que los
uruguayos somos grises?
Tras recorrer el pueblo, comprar alguna que otra artesanía y sacarse la foto de rigor con el Cerro de los 7 Colores de fondo, seguimos viaje.
La ruta transcurre paralela al Río Grande
Campos labrados en la Quebrada.
Aún se utiliza arado a tracción a sangre,
a veces de Homo sapiens
Una procesión de cardones subiendo el cerro
La siguienta parada fue en el Trópico de Capricornio; la línea imaginaria está marcada con un mojón. Al llegar, como ocurrió tantas otras veces, se acercaron niños a pedir caramelos; jamás piden dinero; piden golosinas, y acompañan a sus madres a vender artesanías o conservas caseras.
Esta es Sofía, una princesita humahuaqueña
del Trópico de Capricornio
Por esas casuales casualidades, el lugar es considerado desde épocas pretéritas como punto energético; allí se llevan a cabo celebraciones en homenaje a la Pachamama, la Madre Tierra. El ritual de rigor es descalzarse, y así en pata, caminar en círculos en torno al mojón, para cargarse de energía.
Ni que decir que yo mantuve mi dignidad, mi escepticismo y
mis botas puestas
Lo que se dice un paraíso tropical
Luego de calzarse, seguimos viaje. Al pasar por Huacalera, no nos bajamos, pero fue de rigor la cita morbosa al descarnamiento del cadáver del General Lavalle, que les había mencionado en la crónica anterior.
La falda de la colla (no me quedó muy buena la foto...
es más linda en persona)
Luego hicimos un alto en Uquía, un pueblito muy pequeñito, pero que cuenta con una iglesia construida en 1671, con paredes de adobe y techo de cardón, que se conservan en perfecto estado. La iglesia permanece cerrada, y es abierta por una especie de San Pedro, que conserva una llave antiquísima de plata que pesa 400 g. El retablo de la iglesia está laminado en oro, de ahí el cuidado que se tiene con ella. Además, la iglesia cuenta con una serie de interesantísimas pinturas de la Escuela Cusqueña: los Ángeles Arcabuceros. Los pintores locales, influenciados por los maestros españoles, pintaron los arcángeles tomando de modelo a los hombres blancos que conocían... ¡los militares conquistadores!
La plaza de Uquía; al fondo, la iglesia
Estábamos llegando a la ciudad de Humahuaca, y ni una sola vaca nos habíamos encontrado en el camino. ¿Veríamos alguna en lo que nos quedaba del recorrido por la Quebrada?
Ah... habrá que esperar el próximo capítulo.
llll
21 comentarios:
Primero"!!!!!!
No lo lei, lo hago despues porque me voy a jugar al F5, pero pri!!!
No vale Detaquito. Hay que ser primi en leer! Yo leí y me encantó. La verdad es que es un viaje espectacular el que hiciste y de todos los lugares éste que muestran tus fotos y palabras me sedujo totalmente. Pensé que ahí me gustaría vivir. Y no porque en ese lugar por lo visto no hay liceos y me dedicaría a la pacífica artesanía. Me sedujo tremendamente el paisaje, la paz y los colores de esos cerros. La verdad, es extraordinario y me encantaría ir. Y que conste que no soy amante de los paisajes. No suelen conmoverme así. Serán las virtudes de la fotógrafa y cronista? Besos
Qué linda la Quebrada y Uquía una preciosura. En especial el negocio de cerámica de la esquina de la iglesia y la llave esa maciza de plata!
Escribo dspacio porque sino me puedo apunar. Mascaremos coca hasta la próxima crónica.
Hermosas fotos!
Detaquito:
¡Suertempila!
Ro:
Ah... has dado con el meollo del asunto! Dan ganas de irse a vivir a Purmamarca, o a Cafayate, o a... Yo adoro las montañas, con esa magnificencia que apabulla...
Fernando:
¡Uy, no me hables de apunarse! Más detalles en el próximo boletín.
Lara:
¡Muchas gracias! Me encanta que te gusten.
Que´emoción pisar el Trópico de Capricornio ! Me encantaría dar las vueltitas alrededor del mojón!.
No hay vaca, todavía, pero descubrí los mates, muy interesaante!!!!
El fantasma de Lavalle aparece otra vez. Lo que falta que aparezca en la papelería de Ro:)
Qué raros los cerros aterciopelados! ¿a qué se deberá ese aspecto?
Tan linda la niña como la dueña del blog
un beso
Tiene razón Marple con lo de niña. Parecés una niña o una adolescente en la foto. No nos dijiste que en Purmamarca había fuente de la juventú!
Marple, pensaré si es posible meter a Lavalle en alguna estantería de la papelería...
Primero que nada, ro, dejame vivir, una vez que llego primero hay que disfrutarlo :P
Andal estimada, nuevamente ha sido un muy buen relato, de un (aparentemente, ya que nunca he ido) muy lindo lugar.
Por otra parte, no creo que tu escepticismo y dignidad fueran las razones para no quitarte, las botas, yo para mi que hacia frio :P
Me impresionaron:
1- Las montañas (mucho + lindas que las de Lima).
2- Los nenes que no piden $ sino golosinas.
3- Lo de pintar a los europeos como sus angeles. Habría mucho para decir pero mejor me callo.
Si te apunaste (o sorochaste, como se dice en Perú) es porque no me pediste previamente algunos consejitos que te podría haber dado de mi experiencia andina.
Siempre estoy esperando ansioso estas entradas. Me encanta viajar, aunque sea en forma virtual. En este caso me salvo de apunamientos pero me pierdo las empanadas.
Muy bueno el relato. Le sacaste el jugo al viaje, eh. =)
Me encantó el cerro de los siete colores, una de esas cosas que uno se sorprende de ver, la verdad.
Marple:
Seguro que hay mate, m'hija, pero conmigo no cuentes para los detalles, que no le soporto ni el olor.
El aspecto aterciopelado se debe a una vegetación herbácea que abunda allí; no sabría precisar especie.
Gracias por el elogio, pero de niña hace rato que no me queda nada, jijiji!
Ro:
Ah, seguro que en los cánones de este país sigo siendo joven... ¡Si todavía juego en la Sub-50!
Deta:
Disfrute su medalla de oro, m'hijo, que la ganó en buena ley.
Che, hacía frío, pero en realidad no me cuelgo con esas cosas... así que morí con las botas puestas!
Alvaro:
1- Conozco varias cadenas montañosas, de América y de España, y las montañas de Jujuy y de Salta, junto con las de Mendoza, primerean en el puesto de belleza (aunque el Illimani es espectacular, y el Tronador también).
2- Sí, es más, si alguien osa ofrecerles monedas, se lo quedan mirando... piden caramelos o galletitas (imagino que las golosinas son una rareza). Ya vendrán más datos de niños en próximas crónicas.
3- Ah, no, es al revés! Los obligaban a pintar ángeles, y ellos conocían milicos... y los pintaban así!
¡Jijiji, me apuné en La Paz, en el año 2000! Ah, no sabés qué glamour tiene ir a vomitar en el Valle de la Luna...
Fah, lo de las empanadas es impresionante: cada una más rica que otra!
Martín:
¡Uy, nos cruzamos!
Sí, le saqué el juguito... pienso seriamente en volver, para quedarme más días.
Los colores de los cerros son algo realmente impactante, y está buenísimo verlos a diferentes horas del día para observarlos con distinta luz.
Muchas gracias por las selvas. Me quedé con la recargada. TE agradecí más extensamente allá. Besotes
Ro:
También me gustó más la versión "reloaded"; si tuviera más tiempo, haría otra versión, más recargadita y con más biodiversidad.
Las Vacas son Discretas!!!! No gustan de los flashs, las entrevistas o aparecer en televisión!!! Jajajajajá! Preciosa crónica! Pero eso de no descalzarte y cumplir con los ritos...qué fiaca mi Amiga!
Besazoooo Divina!!!
Susana:
Hmmm... no te creas... he visto cada vaca en la TV!!!
;-)
No fue fiaca, no me cuelgan esas cosas, realmente.
La envidia, la puta envidia fue la que no me dejó entrar hasta hoy a ponerte nada. Dale, dale, desperdiciá tu vida en viajes mientras yo viajo interiormente en este maravilloso pos-operatorio.
¿quién quiere ver montañas coloridas y pueblitos perdidos a la luz de la luna? ¿quién quiere ver iglesias del seicientos y pintura colonial?
YO QUIERO!!!!!
Me encantó el CHARANGO'S del cartel.
Santi:
¡Pero no envidie tanto, hombre! Bueno, un poco sí.
Podés dedicarte a relatar los vericuetos de la "vida interior", como hacía Tabaré.
If you need a charango, you know where to find one!
Allá hay propuesta seria. Responda, cuando tenga un instante, Andal13, Besitos
Ro:
Fui, vi, respondí.
¡Besos!
Lindas fotos, pero es como vos decís, "son más lindas en persona" y como dice Martín: le sacaste jugo al viaje... vino y empanadas.
¿Cómo hacen techos con los cardones?
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