sábado, 12 de septiembre de 2009

¿A qué huele la gloria matinal?

...

Hace dos columnas atrás planteé el asunto de la indeseada “música de fondo” que una se ve obligada a soportar en la urbanizada y (des)humanizada vida actual, y en particular en el ómnibus: que el ruido del tránsito, que el motor, que la radio que escucha el conductor, que los diez ringtones a cual más estruendoso, que las conversaciones a los gritos por celular, que la música pseudo-tropical que algunos pasajeros insisten en compartir generosamente con su nuevo celular con parlantes (jamás me encontré con nadie que quisiera compartir a Chopin o a Thelonious Monk, no entiendo por qué), que... Para peor, yo disfruto (¿o sufro?) de un oído finísimo, que será incapaz de distinguir un si bemol de de un no, pero que es capaz de captar los ruidos digestivos de una hormiga, oído que pensé que iba a ir perdiendo con los años, pero he pasado los 40 y según mis alumnos del fondo del salón, se mantiene intacto, lo cual lamentan muchísimo a la hora de cuchichear en clase o de pasarse respuestas en un escrito. Pues bien, algo similar me pasa con el olfato, y en seguida me doy cuenta cuando algo huele a podrido en Dinamarca.
Debo confesar que soy bastante sensible a los olores. Durante años, antes de dedicarme a la docencia, trabajé en la Salud, y por supuesto, más allá de que me encantaba mi trabajo, tuve que soportar aromas varios con espíritu espartano, lo que no implica que me haya acostumbrado a ellos. Incluso hay olores "socialmente aceptados" que no me gustan nada, como por ejemplo el olor a yerba mate -y no vengan todos los talibanes del mate a hablar de patria y tradición- el olor a coliflor y el olor a bacalao.
Por otra parte, a mí me gusta "oler bien" y suelo perfumarme como una odalisca, y entiendo perfectamente que haya gente a la cual le moleste ese tornado de nardo y jazmín que voy dejando a mi paso, porque sobre gustos hay muchísimo escrito y cada quien es libre de leer al autor que prefiera.
Y también me gusta que la casa huela bien. Huele bien cuando está limpia, cuando se encera el piso, cuando el horno comienza a avisar que el pollo está casi en su punto, o cuando se cuece una crema de vainilla en el fuego... Pero ¿es necesario que el agua de lavar los pisos huela a desparramo de geranios, el producto de limpiar el bidé huela a estallido de jazmines, el aerosol que se dispara solo en el living huela a derroche de lavandas y el detergente de lavar los platos huela a explosión de cítricos?
En la actualidad, una no puede mirar la tele un rato para distraerse, sin que le ofrezcan en la tanda publicitaria una miríada de productos para aromatizar la casa y la ropa: jabón en barra, en gel, en polvo, desodorante de ambiente líquido, en aerosol o en vaporizador automático, desodorante para el inodoro -que si fuera tan inodoro como pretende, no habría necesidad de desodorizarlo-, detergente para platos, suavizante para ropa... Parecería que hubiera una imperiosa necesidad de que todo huela a algo diferente: la cocina jamás puede oler a sopa, por ejemplo, sino a “brisa matinal” que no sé bien lo que es, porque si la brisa matinal viene rumbeada del lado del Miguelete
[1] me quedo toda la vida con el olor a puchero.
Y es que me resulta preocupante este asunto de los desodorantes de ambiente, o más correcto sería decir los odorantes de ambiente, ya que desodorizar es sacar el olor, en tanto que estos productos lo que hacen es agregar un olor distinto. En realidad, como decía antes, a mí me gustan mucho determinados aromas -por ejemplo, el perfume de los jazmines- y no me gustan nada otros hedores -por ejemplo los resultantes de las actividades bacterianas que transcurren en el intestino grueso-, de ahí a que en el baño utilice en determinadas ocasiones, un desodorante con aroma a jazmín. También me gustan los sahumerios, en particular los que tienen olores "comestibles" como el de vainilla o el de canela con naranja (sí, hay palitos de incienso con olor a canela y naranja, no es que me haya aspirado el quitaesmaltes antes de escribir esto). Los que me preocupa es la hiperodorización, la negación de la realidad olorosa, y la metáfora odorífica, ya que los desodorantes que tienen aromas tales como "brisa marina" o "mañana en el bosque", olvidando que a veces la brisa que viene del mar trae unos aromas a calamar y alga podrida que es una gloria, por no mencionar que en los bosques por la mañana cuando el bicherío se despierta y entra a marcar territorio se huelen unos perfumes que hay que tener un estómago de suino para continuar la marcha con hidalguía. Hay una especie de espantosa compulsión a que todo tiene que oler a algo distinto, y lo que es peor, a algo metafórico, porque el baño no huele a lavandas porque tenés un jarrón con lavandas, sino porque tenés un envase con un líquido violetita que dice en la etiqueta que huele a lavandas, que es la traducción odorífica de “colinas irlandesas” u otro nombre igualmente cursi que le haya puesto el fabricante.
Y como era poco sobrearomatizar la casa, los propietarios de vehículos equipados con motor también odorizan sus autos, así que ando sospechando que las nuevas generaciones creen que la nafta tiene olor a brisa de las cumbres, que así se llama el producto con olor a pino que el dueño del coche eligió para su Volkswagen.
Por aquí dejo esta reflexión perfumada. Ya se consumió del todo el incienso de Loto del Nilo que encendí al comenzar a escribir este texto. Lo bueno es que ahora el monitor huele lindísimo; lo malo es que se me llenó el teclado de cenizas.

...
[1] Uno de los arroyos que atraviesan Montevideo, cuyas oscuras aguas acarrean mucho más que átomos de hidrógeno y oxígeno

30 comentarios:

Fernando Terreno dijo...

Muy acertadas las reflexiones.
Lo que es inbancable es el desodorante berreta que ponen en los telos...
Se recomienda tener una mandarina a mano, porque si bien como decía alguien "la manderina es acusadora", tapa cualquier otro aroma.
En casos graves, un chorrito de nafta (o gas-oil) en las manos despista hasta a todos los sabuesos de Baskerville juntos.
¿Así que un tornado de nardos y jazmines? Cosas leyeres Sancho, que no imaginares... ¡Que lo parió, Mendieta!
Buenos días y buenos aires...
Un abrazo

El Antihéroe dijo...

Medalla de plata. Llegué segundo y Santi no aparece.

Prefiero aromas suaves. Prefiero que las únicas que se enteren de mi perfume sean las que me besen la mejilla, que la casa huela a la madera de los muebles o al suave perfume de la dama que consume mis días. Flores naturales en jarrones le pasan el trapo a cualquier aerosol.

La historia sigue siendo que la gente no tiene modales y le importa muy poco si jode al resto con su conversa, ringtone o perfume, si tira un papel a la vereda porque igual ya esta sucia, porque alguien más sacó a su perro y no tuvo la decencia de limpiar lo que el animalito dejó.

Estamos en un período de involución y en algunos aspectos, el adagio es cierto: Todo tiempo pasado fue mejor.

Suerte para vos que escribís mientras dura la vida de un incienso y no como Isabel Allende que espera que la vela se consuma, si no ahí si, que se te irían las lapiceras.

Saludos y fuerza (de estómago digo)

Raúl Avila dijo...

Lo peor de todos estos desodorantes que -como bien decís- odorizan, es que ninguno llega a cumplir su misión cuando un malestar estomacal nos delata groseramente (ahí entramos a buscar desesperadamente un fósforo, porque el fuego mata todo).
Un abrazo grande

Germán dijo...

http://escopetaoxidadadelrocio.blogspot.com/

Andá a mirar la revista!
Después vuelvo a leer...

Anónimo dijo...

No me sabia lo del fosforo (ojala y no se me olvide usarlo). Ya yo he aprendido a no respirar por la nariz, pues son muchos los olores que me caen como una patada en el estomago, que van desde frutas, perfumes, comidas (hay comidas nauseabundas), hasta desodorantes, aromatizantes, materias organicas y fluidos corporales (estos ùltimos estàn condicionados por el contexto en el cual se perciben).

Saludos,
Alv

Alvaro Acosta Maldonado dijo...

No me sabia lo del fosforo (ojala y no se me olvide usarlo). Ya yo he aprendido a no respirar por la nariz, pues son muchos los olores que me caen como una patada en el estomago, que van desde frutas, perfumes, comidas (hay comidas nauseabundas), hasta desodorantes, aromatizantes, materias organicas y fluidos corporales (estos ùltimos estàn condicionados por el contexto en el cual se perciben).

Saludos,
Alv

andal13 dijo...

Fernando:
Ah, mirá vos, no sabía que eras inspector de sanidad de esos establecimientos!!!
Voy a poner un puesto de mandarinas en la vereda, así me lleno de guita, jijiji!
Lo del chorrito de nafta aumenta la efectividad si se le añade el fósforo que acota Raúl.

El Antihéroe:
¡Felicitaciones por el dignísimo 2º puesto! Ay, ojalá pudiera escribir mientras dura la varita de incienso... generalmente me tomo tanto tiempo y le doy tanta vuelta a los textos, que terminaría con la producción completa de la India!
Qué lindo que es olor a madera.

Raúl:
Ah, algunos olores no los matás "poetizando el ambiente", eso está clarísimo!
Al fósforo agregale el chorrito de nafta que sugiere Fernando, y problema resuelto.

Germán:
¡Un exitún! Cero comentarios... jijiji!

Alvaro:
Ah, tenés razón, hay alimentos que una no entiende cómo a alguien se le pudo ocurrir que eso era comestible con el olor que tienen!
Pero eso es personal, por ejemplo, me encanta el roquefort (que huele a pata sucia), y el olor de ciertas frutas tropicales me marea.

Martín dijo...

Mmmmm... a mí me pasó cuando me mudé hace como 3 años, que el nuevo apto tenía un olor raro. O sea, no es que fuese un olor feo tipo caño, pero era raro.

Nos costó meses de inciensos y habitación, adaptarlo, y ahora huele como debería.

Tip: para los olores de esos q recomiendan el uso de fósforo, también hay otra opción... la ducha posterior. Es un hecho comprobado que el vapor se lleva todo eso. Si uno puede concatenar esas dos actividades, santo remedio.

Ah, no soy partidario del aroma a lavanda, pero las cosas cítricas, tienen mi sello de aprobación.

ro dijo...

Mañana vengo...Ahora estoy destruida por culpa del día de la educación!

FLACA dijo...

No sé qué habrá hecho Ross en el día de la educación, yo también estoy destruida, pero me gustó festejarlo.
En realidad, vine aquí a decir otra cosa,¿será que también los blogs deberán tener olor?...
Lo que más odio son esos olores dulzones de perfume barato con el que se bañan algunas mujeres de mañana temprano antes de salir, y uno se teine que aguantar las náuseas todo el viaje en ómnibus hasta llegar al trabajo.
Excelente post, como siempre.

juan pascualero dijo...

Hoy temprano leí tu entrada y en vez de aprovechar que sería el "pri", me tomé mi tiempo pues me habías tocado uno de mis temas preferidos. Los olores, hedores, aromas etc. son algo que me remite indefectiblemente a lugares o hechos determinados y los potencian (o los muestran en su verdadera dimensión).No voy a dar ejemplos pues algunos son muy íntimos. Creo que para la mayoría no estoy diciendo nada pero quizá alguno me entienda... es suficiente... Como de costumbre exquisita tu entrada.

juan pascualero dijo...

Hoy temprano leí tu entrada y en vez de aprovechar que sería el "pri", me tomé mi tiempo pues me habías tocado uno de mis temas preferidos. Los olores, hedores, aromas etc. son algo que me remite indefectiblemente a lugares o hechos determinados y los potencian (o los muestran en su verdadera dimensión).No voy a dar ejemplos pues algunos son muy íntimos. Creo que para la mayoría no estoy diciendo nada pero quizá alguno me entienda... es suficiente... Como de costumbre exquisita tu entrada.

yonky dijo...

ESTA NOVLISIMA CIVILIZACION CABALGA ENCIMA DE ESTAS DOS NUEVAS CONTAMINACIONES QUE SE ACENTUAN A DIARIO LA AUDITIVA Y LA OLFATIVA,POBRE LA VISUAL QUE YA BASTANTE JODIDA ESTA,SE ESCONDE LA GUSTATIVA AUNQUE LA ESTANDARIZACION DE LOS MAC LA TIENE A MAL TRAER,Y LA TACTIL?,PODRAN CON ELLA?.

TAMO RODEADO,MEJOR ME VOY AL PRADO A OLFATEAR BOSTA QUE TANTO LINDOS RECUERDOS CAMPESTRES ME TRAEN,PORQUE PA MAR YA TENGO ESTOS 5 CANGREJOS Y UN RACIMO DE MEJILLONES QUE JUNTE AYER.

El Tordo dijo...

Coicido con Usted, en eso de oler bien. en mi trabajo (edificio de 25 pisos) solñian decirme (ya no trabajo) supe que habias llegado y seguí le estela de tu perfume para encontrarte. Me encanta que la gente huela de esa manera. MIS FELICITACIONES UNA VEZ MÄS:

Unknown dijo...

Bueno, tengo el honor de comentar en el lugar sofocientos, más o menos.
Es que anoche tocó cuidar nietas. Igual hoy me levanté valientemente a las siete para hacer pis, prendí la compu para ver si por esas cosas ya estaba el posteo de los Sábados, pero claro,la disciplina germánica de Andrea no le permite postear ni un segundo antes o después de las 8 am. Me volví a acostar y a las once leí esta perfumada maravilla pero no tenía la paz necesaria para comentar.
Por eso no fui el primero carajo!!
Solamente por eso.
Porque este es un señor posteo, que seguramente podremos oír por la radio dentro de poco.
Esa desmitificación de los olores "naturales" como el mar o el bosque me pareció genial.Es cierto que el olor "a mar" es eso, algas podridas, mejillones muertos, aguavivas disueltas. Pero a mí me gusta mucho eso.Como me gusta el olor a bosta de la rural. Mucho más que el Glade "Campos de lavanda". Sí, ya sé, sobre gustos...
Al igual que Juan Pascualero podría hablar de otros olores que me gustan pero tienen mala prensa, pero no es mi intención que alguien marque este respetable blog como de contenido inadecuado.

De olores podría hablar una barbaridad ya que en mi adolescencia no me destacaba precisamente por mi sentido de la higiene. Todavía recuerdo con nostalgia ciertos olores que luego no volví a percibir.
Los "desodorantes" ambientales me dan un poco de asquete y otro poco de alergia. Los sahumerios, qué querés que te diga, me hacen estornudar y justamente son los orientalistas antitabaco y vegetarianos, que no se bancan un pobre cigarro, los que están todo el día repirando el humo pestilente de esos palitos mojados en perfumes berreta.
Ahora bien, nada comparable al honesto olor de una bolsa de basura de tres días, especialmente si contiene naranjas fermentadas, cáscaras de papa y restos de la limpieza de algún pescado e incluye algún pañal descartable con su habitual contenido. Sublime.
Aunque los regalos del gatito de la vecina tienen lo suyo y no hablemos del tesoro odorífico que deja un fumador indispuesto que se fuma tres cigarros mientras alivia sus tensiones interiores y lee a "Lucas: Sus pudores." La apoteosis se logra cuando el mencionado lector-fumador-cagante tira los puchos en el inodoro y se apagan en la caca. No hay aerosol ni fósforo ni gasolina que pueda arreglar eso.Si se produce una mezcla con el jazmín, es terrible. La única salida es la venta de la propiedad.

Estoy impactado, al igual que Fernando, por el "tornado de nardos y jazmines".
También estoy impactado por la sabiduría aromática de Fernando en relación a los desodorantes de los telos...

Y a pesar de todos los asquetes mencionados por Andrea, se me hizo agua la boca cuando habló del horno avisando que el pollo estaba a punto. Eso es aroma.
Y esta mina, además de oler a nardos, cada vez escribe mejor.

Unknown dijo...

Señor Antihéroe:
El Sábado próximo no le daré cuartel, he perdido esta batalla, pero no la guerra.

Camarandante dijo...

Es muy bueno Andrea!! me impresiona ese ojo agusado ( a parte de tu finisimo oído) que tenés para disrtar, clara y acertadamente, sobre el acontecer cotidiano de nuestras vidas citadinas.

Esos olores son mas truchos... es mas, son peores!!

Una vez entré a la panadería de mi barrio.. y te juro que había "olor a bebe" era tanto que daba asco! hasta casi te diría que hasta olor a mierda había!
preguntele cortezmente yo a las damas despachantes: -perdón, tienen un bebé aquí? Naaaa, e el poet!! andáa!!!

Me diviertes andrea, te dejo misss ressspetos!

Fernando Terreno dijo...

Che disculpas por el tonito algo escatológico de lo que sigue, pero al leer el asunto del fósforo y las otras variantes para conjurar efluvios, me acorde de una viejo chiste de los setenta que aludía a CITROEN 2CV (auto feo, pero simpático):
Le decían "Pedo", porque al único que le gustaba era al dueño...

andal13 dijo...

Martín:
Ah, no quisiera asustarte, pero la historia del olor raro me remite directamente a los cuentos de Edgar Allan Poe!
;-)

Los aromas cítricos me gustan pila, también, pero no les hago asco a los florales ni a las maderas. No me llevo bien con el almizcle, eso sí.

Ro:
Ah... no sé ni de qué me hablás... mi religión me impide trabajar los sábados!

Flaca:
ídem Ro.
Y mi salud mental me impide darle bola a esas propuestas llovidas quién sabe de dónde y en aras de qué.
Por las dudas, procuraré tomarme un ómnibus distinto al tuyo, jijiji!
(Pero no me dirás que no es peor a la vuelta, cuando los efluvios sudorosos entran a fermentar con el calorcito... ¡Puaj!)


Juan:
Ah... la memoria olfativa... Es una maravilla, cuando un cierto aroma nos transporta a un determinado momento del pasado, o nos remite a una escena o a una persona en particular...
No cantaste "pri" pero duplicaste, che!

andal13 dijo...

Yonky:
Por ahora no dejo que se metan con mi gusto ni con mi tacto; lamentablemente, la invasión visual, auditiva y olfativa ya es un hecho; quisiera cerrar los oídos como puedo cerrar los ojos, eso sí.

Tordo:
Por eso mismo ni vos ni yo pudimos hacer carrera como asesinos seriales... ¡Nos hubieran encontrado en seguida!

Santi:
Ni en tu más delirante fantasía onírica ni meona de las 7 de la mañana podrás imaginarte que yo me levanto a esa hora para publicar; la publicación es automática, y en general la hago los domingos (¡Que quede entre nosotros cien!)
Yo creo que el olor es cosa de contexto; el olor a bosta me encanta (no te estoy jodiendo), pero en el campo... no compraría un desodorante de ambiente llamado "Delicias camperas" con extracto de mierda bovina! E imagino que vos disfrutás el olor a almeja muerta, pero no lo pondrías en el desodorante de inodoro!
Lo mismo pasa con los demás olores... es la descontextualización lo que me jode.
Vo, el olor a pucho frío es horroroso! Pero nunca fumé en el baño en mi época de fumadora, así que desconozco la "mixtura"!

Camarandante:
¡Pero qué herejía! El olor a panadería es de los más ricos que existen... Y el olor a bebé en realidad depende, porque el olor al bebé que se acaba de cagar hasta la nuca no es nada agradable... En realidad, el "olor a bebé" es el que nos impuso Johnson&Johnson...
Ah, hay un incienso que se llama "mamá y bebé"...

Fernando:
yo no creo que nos gusten nuestros propios pedos, sino que nos creemos que son menos peores que los ajenos... (Hasta en eso narcisistas!)

Nico Bari dijo...

Por mas que cambie el olor, lo que respiramos sigue siendo basura...

Sad but true!

Saludos!

andal13 dijo...

Nico:
Sí, que nosotros mismos largamos... y luego intentamos "maquillar"!

Lara dijo...

Hola!

Que buena reflexión... Yo, aunque soy bastante asquerosilla para los olores (no me banco nada) me he acostumbrado tanto a los ómnibus que bueno, ya está.

Pero si bien me gusta que las cosas huelan bien, es verdad que según la tele parece que todo tiene que oler a otra cosa. Y en mi casa no se usa nada de eso, pero cuando voy a un lugar que tiene mucho olor a la "brisa del monte", en realidad me hace acordar a cuando me toca lavar el baño y nada más.

Será que también soy sensible con la abundancia de perfume (así que sos de esas que inundan los pasillos, ¿eh?) pero en realidad no me huele para nada agradable un perfume para el water.

Ah, ¿donde comprás ese incienso de canela y naranja?, esas cosas sí me gustan.

Un abrazo!

Susana Peiró dijo...

Qué sustito! Pensé que te despacharías con todas las posibilidades aromáticas (que son muchas y no todas agradables)y me llevaría a la cama el fantasma de ...pero no, era guerrita de desodorantes nomás.
De todos, me joroba el que usan en los hospitales y clínicas. Siempre he pensado que no me muero ahí, para no condenar mi nariz por toda la eternidad.
Besos con bostezos, 10:42 me voy a dormir y mañana me acordaré de voz en la gloria matinal!

andal13 dijo...

Lara:
mea culpa, soy yo la olorosa!

El perfume para water es feazo, no importa que diga "brisa de las cumbres" y sea azulcito...

Los inciensos hace años se los compro a una chica que los vende puerta a puerta, y que pasa por casa una vez al mes... Son de la India, marca HEM, a 10 $ la cajita.


Susana:
¡No temáis! No, los hedores de todo pelo y color viven y luchan... lo que me preocupa es la manía porque huela distinto algo que no huele mal (porque si huele mal el living de la casa, es que hay algo podrido en Dinamarca, o sos como la elefanta del aviso, y te casaste con un ciempiés que deja tiradas las zapatillas de jugar al fútbol!)
El olor a antiséptico hospitalario me gustó siempre... desde que me llevaban a vacunarme de chiquita (hay narices para todo, evidentemente).

ro dijo...

Muy interesante, y muy revelador de nuestras mayores represiones. Porque si hay algo que nos aterra son los olores naturales, que nos recuerdan todo lo que tenemos de animal. Hay que disimular echando por el aire gotas de apariencia y eufemismo!
Y hablando del día de la educación, todo el día olió a cosa hecha a último momento, vertical y autoritaria. Vi y se hicieron cosas muy buenas, y creo que es una gran cosa tener un día de la educación pública si fuera gestado desde la comunidad y no a contrapelo de ella y con el acelerador apretado por un burócrata. Qué mal huele eso!

ROBERTO CERVANTES P. dijo...

Interesante, como todas esta entrada...Me identifiqué contigo cuando trabajaste en eso del sector salud.. Yo trabajo actualmente, por las mañanas, en un hospital de niños de muy escasos recursos. Son gente que viene de la provincia, de ambientes rurales, ligados cotidianamente al trabajo en el campo, con animales, en labores rudas y con escasa agua para su higiene...personal. Después de caminar desde la madrugada por caminos fangosos, de hacer circo maroma y teatro para estar puntuales a su cita con el Médico, imagínate a lo que huele la sala de espera. El aroma casi se puede tocar. Yo tengo la protección de mi rinitis alérgica, lo que hace que los olores me lleguen destilados a la corteza cerebral, o de plano no me lleguen. Sin embargo trabajo con mucho entusiasmo y con mucho respeto por esa gente....

andal13 dijo...

Ro:
Ah, cómo me gusta el aroma del eufemismo! Estoy de acuerdo contigo, los Homo sapiens estamos tan empeñados en renegar de nuestra condición animal, que hacemos lo imposible por ocultarlas.
Con respecto al Día de la Educación Pública, a mí me olió mal desde un comienzo. Que fuera una fecha impuesta desde arriba, y que no se nos hiciera participes de ella. Hace 13 años que trabajo en el mismo liceo, y aunque es cierto que no trabajo los sabados, ni siquiera me entere de que paso ese dia... solo vi el afiche en la sala de Profesores. Los docentes y los alumnos del Nocturno no fuimos tenidos en cuenta para nada...

Vuelvo..:
Uy, me puedo imaginar lo que será esa sala de espera... pero en esos casos, se comprende. La vocación, el amor por el trabajo, el respeto por el paciente, operan mejor que un aromatizador. De mi época de trabajadora de la salud, recuerdo que el olor que más me impresionaba era el de los quemados... aún ahora lo puedo percibir, mientras escribo estas líneas.

Peter Parker dijo...

Medalla de Lata para mí, les gané a todos ya que vengo a cerrar los comentarios.

¿Qué se supone que son las fragancias "Caricias de Bebé" o "Sonrisas de Ángeles"? No quiero imaginar a qué huelen las manitos de un bebé que toca todo lo que está a su alcance (siempre me dió asquito). Y lo de los ángeles lo veo más etereo, no se si en algún pasaje de la Biblia se menciona el olor de los ángeles (o si usaban desodorante debajo de las alas) puaj!

A mí dejame el aroma del anís, la vainilla, el clavo de olor y el maracuyá, que son las fragancias que busco en un sabrozo tinto.

andal13 dijo...

Peter:
¡Bien merecida la medalla! Es más difícil ser el último que el primero, sindudamente.
Yo supongo que las empresas que fabrican aromatizadores de ambiente contratan poetas cursis de medio pelo para elegir los nombres de las fragancias... de ahí lo de "poetizar el ambiente".