La cuestión ocurrió esta mismísima tarde, en ocasión de un trámite que tenía que hacer. Resulta que tenía que ir a un lugar de la misma ciudad de Montevideo, en donde vivo desde que era cigoto, pero que desconocía casi que por completo. Ya desde el momento en que me dieron la dirección por teléfono, las calles no me sonaron a nada. Casi como que me sonó a "esas calles no existen, pero si existieran, no se curzarían", lo cual fue desmentido primero por un plano de calles y luego por la más pura y dura de las realidades. Tras haberme ubicado y orientado en el plano, decidí que el 546 era el ómnibus indicado, y allá fui de lo más contenta.
Ni bien apoyé mi anatomía en el asiento del 546, caí en la cuenta de que el ómnibus cuyo recorrido tenía en mente era el 76, o sea que había confundido velocidad con tocino. Acto seguido razoné que el 546 no me dejaba tan lejos, así que resolví seguir en él. De última, si al bajar me daba cuenta que no iba a sobrevivir a la caminata por el calor, me tomaba otro ómnibus y listo, ventaja que da la tarjeta STM* y el boleto de 2 horas, porque la Intendencia de Montevideo habrá hecho 99 cosas mal, pero hizo una bien y fue esa, la posibilidad de viajar todo lo que se quiera durante dos horas, y por sólo 23 pesos**.
Ahora bien, la confusión transporteril trajo algo muy bueno: unas pocas paradas después, subieron tres músicos al ómnibus; un uruguayo con un chico (me refiero al tamboril, no a un niño), un tal vez chileno con un charango, un sikus y una flauta de caña, y una chica cuya nacionalidad no logré deducir con unas maracas y otros instrumentos de percusión pequeños. Primero interpretaron el "Candombe del mucho palo", en una particular (y excelente, al menos para mi oído de adoquín) versión con charango, y luego una seguidilla de temas populares del folclore colombiano. Al final, la mayoría de la gente aplaudió -cosa que es decir, porque hacer aplaudir a un uruguayo es más difícil que lograr que Ahmadineyad se afeite y se convierta al budismo zen- así como aportó su óbolo, que el músico chileno solicitó con mucha gracia, lo mismo cuando pidió un aplauso para el conductor del ómnibus que los dejó subir, pedido que cumplimos con entusiasmo.
Evidentemente, en el 76 me hubiera perdido el concierto.
Llegado a mi no-destino, me bajé y decidí que iba a ir caminando, ya que a calle Rocha (a la que conocía sólo por haberla atravesado muchas veces, pero jamás la había recorrido, y me servía de atajo) invitaba a la caminata: un túnel verde formado por unos plátanos viejísimos y enormes le ponía una nota de frescor a la tarde, impensable en una calle al sol.
Llegada a destino, efectué el trámite con todo éxito, y volví por la calle Rocha, pero por la vereda opuesta, rumbo a la parada del ómnibus, esta vez sí la del 76. Al pasar por una casa que tenía una gran ventana que daba a la vereda, me sorprendió escuchar un piano, y una voz masculina que cantaba "El día que me quieras".
Pues sí, ya lo dije otra vez: hay algunos momentos -breves, eso sí- en que Montevideo se torna una ciudad maravillosa.
*Sistema de Transporte Metropolitano
**Apenas un poco más de un dólar, y un poco menos de un euro
17 comentarios:
Y si pasaras por la cocina de mi casa ni se sabe las sorpresas que te llevarias a veces.
Eso es lo que tiene vivir por aca y que haya gente sencillita como una.Besos
Mágico Andre. Si lo pensabas mucho (es ahora cuando nacen los buenos hábitos...)nada, ninguna de estas sorpresas bonitas hubiera sucedido. A veces Amiga, hay que darle chance a la vida (y a la Ciudad) para que nos sorprenda.
Nooooo, no y no, a la mía (mi Ciudad) nada! Me tiene tipo bife de chorizo vuelta y vuelta, quemada por fuera y cruda por dentro! Y ni siquiera me tocan la Cumparcita!
Ahhh, San Felipe y Santiago, que ciudad.
Flaca:
¡Ah, qué viva! Me imagino que igual, de vez en cuando, pensarás "Por qué no se meterá la guitarrita en el ropero!"
¡Jijiji!
Susana:
¡Lo peor es que lo pensé! Pero es "la calor" lo que me mata...
Che, que yo estuve dos veces en tu ciudad, y las dos en enero... Dale duro y parejo al Malbec, y vas a ver que se soporta de lo más bien.
Detaquito:
Tuve muy presente aquella entrada tuya sobre La Siempre Fiel y Reconquistadora. Y como te comenté en aquella ocasión, algunos días me iría a la mismísima mierda (pero no hoy).
Es verdad lo que decis, pero tu problema no es la cuidad en si, son los habitantes, sacando ese nimio inconveniente es hermosa! :P
Por otra parte, una sola vez vi un espectaculo digno de sala Zabala en el bondi, era una pareja jovencita que hacia un "duelo de gitarras" eran sencillamente geniales, el chofer del 582 (que raro que sea un bis de COMESA tambien) les pidio el numero para contrataciones!
Lo mejor es ir mirando por la ventana y con auriculares: de esta forma nadie irrumpe sonoramente en nuestro interior y evitamos todo contacto auditivo con cualquier músico callejero, lo cual puede ser, en un porcentaje de 80 a 10, bueno o malo; donde 80 es el porcentaje de posibilidades negativas y 10 el de positivas, como tu caso.
Ah, dato imporante: dije mirando por la ventana, y obvié agregar que con la cortina corrida para evitar desastres emocionales.
Ahora en serio, creo que el problema somos las personas, no el lugar, pienso lo mismo que detaquito. Creo que, en rigor, se trata de unas locaciones en muchos casos lindas, habitadas por seres como nosotros.
Detaquito:
¡Má firme! Podríamos implementar un plan canje con Copenhague, por poner un caso.
Buenísimo lo que contás; es que Comesa tiene otro glamour...
;-)
Joker:
Es que yo voy con los auriculares metidos a la altura del hipotálamo, pero cuando sospecho que el espectáculo es bueno, me los saco.
Vos sabés que no sé hasta que punto la geografía no condiciona al bicherío que la habita...
¡Qué lindas esas sorpresas que da la ciudad!
Suelen surgir cuando menos se esperan y por caminos equivocados.
No sé, será porque no vivo ahí, pero Montevideo me encanta y mucho tiene que ver la gente.
Además, me recibió con dos días en los que descansó del calor y el sol, y yo camine a troche y moche.
Cr:
Sí, sí, por suerte, sino vivir en ella sería intolerable.
Los montevideanos podemos ser encantadores, cómo no, siempre y cuando no se trate de comprometerse con el bien común, como mantener limpia la ciudad... En fin...
Yo siempre me he sentido bien en Buenos Aires, pero me imagino que vivir allí todos los días puede ser un agobio.
No es la ciudad, o quizá en parte, pero lo importante es tu sensibilidad que te permite apreciarla y tu amabilidad de compartirla con nosotros. Un beso.
Juan:
Ah, pero no siempre ocurren estas cosas... y cuando ocurren, es bueno estar ahí!
Qué bueno es viajar en colectivo en Montevideo! al menos para ciertas almas sensibles.
Beso grande
Camarandante:
No te creas; sólo cada tanto se muere un obispo!
Leí la entrada y me dejé llevar para cualquier lado, de modo que espero no desentonar con el comentario. Es que me quedé fijado en dos cuestiones. La primera: ¿se silba menos que antes? ¿Es usual cruzarse con alguien silbando en Montevideo?
Y la segunda, las maracas de la chica sin patria... y el resto de la percusión también, ¿por qué no?
Las ciudades vacías durante las vacaciones son más atractivas, sin duda.
Volverécuando recupere la cordura, o antes, si el asunto dura mucho.
Un abrazo.
Fernando
Fernando:
¡Mirá quién vino en el 546! Yo creo que ya (casi) nadie silba en Montevideo; para qué si todos vamos escuchando música con el celular... Supongo que es un "arte" que ha sido derribado por la piqueta fatal del progreso.
Además de maracas, la chica tocaba dos palitos que no sé cómo se le llama a eso.
Hoy por la mañana me sorprendieron en el subte (con apenas menos gente que la que se encuentra a esa hora durante el resto del año) música en vivo: charango, guitarra, flauta, percusión y muy buena onda. Me acorde de vos.
Ah por cierto, anteanoche terminé con los primeros 10 capítulos de Treme, y ahora ya estoy ansiosa por bajar la segunda temporada.
La recomendé a un amigo de la costa oeste y parece ya se hizo adicto.
¡Saludos!
Cr:
Mirá, debo confesarte que les pedí que fueran a Buenos Aires para endulzarte el viaje...
;-)
Ah, me alegra que te haya gustado Treme... La segunda temporada aún no empezó en EEUU, así que habrá que esperar unos meses todavía.
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